Cualquier toletero de fuerza pudiera tener como una ventaja a Prince Fielder como respaldo en el lineup. Los pitchers contrarios se verían obligados a lanzar envíos alrededor de la zona para evitar dar boleto y, a continuación, tener que enfrentarse ante el poderoso inicialista con gente en circulación.
Tal cual ha ocurrido con Miguel Cabrera esta temporada. El venezolano está viendo mejores lanzamientos, pero la mala noticia para él es que no ha podido sacarle provecho a la situación.
Hasta antes de la jornada de ayer, al maracayero le estaban arrojando 49% de los pitcheos en zona buena, un aumento de 9% en relación con 2011 (pese a que en ese año contó con el respaldo de Víctor Martínez), y la cifra más alta en su carrera desde 2008, cuando terminó en 49.9%.
Eso ha forzado a Cabrera a hacer una mayor cantidad de swings, aunque sin mucha suerte, ya que hasta anoche bateaba para .263 y, como consecuencia directa de esta circunstancia, el criollo amaneció ayer con solo 10 pasaportes recibidos, proyectando culminar la campaña con 54, la menor cantidad para él en una temporada completa.
En la serie ante los Marineros, que se jugó de lunes a miércoles, Cabrera se fue en blanco en 13 turnos, aumentando su cantidad de partidos con al menos cuatro viajes al plato sin pegar imparables a nueve en esta zafra (ver tabla). De seguir al mismo ritmo, el antesalista tendría 49 juegos de esa característica. Su mayor cantidad fue en 2004, cuando registró 29.