El doctor Carlos Bujanda Yépez, en sus “Crónicas de la Ciudad Madre” (El Tocuyo) narra la despedida del llamado “Siglo de Bolívar” por el poeta don Egidio Montesino Canelón, a finales de 1899 y 1900, con una serie de actos donde se luciría, el verbo de su padre, historiador, médico y laureado poeta Ezequiel Bujanda, nacido en Cabudare en 25 de julio de 1865 y fallecido en El Tocuyo, el 16 de agosto de 1919. Ya no, con su famoso verso “No toques ese vals, cierra ese piano” sino en reclamo al despojó, que a la fecha, le hiciera el imperio británico a Venezuela. 124 años, han trascurrido, cuando por desidia política se desconoce el esfuerzo de los gobiernos democráticos de Rómulo Betancourt, al denunciarse el Laudo Arbitral irrito, para decidir sobre la controversia, el 17 de febrero de 1966, firmándose en Ginebra, el Acuerdo, para resolverla entre Venezuela y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte sobre la frontera, entre Venezuela y la Guayana Británica, que continuaron, con los presidentes Raúl Leoni y Rafael Caldera, hasta la llegada al poder de Hugo Chávez y declarar en 2004:
«Con lo cual, complacía los interés geopolíticos cubanos, dando cabida al aforismo jurídico: que pesan con una cadena de errores del chavismo por 23 años, al interponer su carácter ideológico con sus afines en algunos países latinoamericanos por encima del interés nacional a punto, de perder 159.500 kilómetros cuadrados y la riqueza petrolífera y minera en su subsuelo, a extremos que hace años, Guyana otorga conexiones en la zona de reclamación que no se va a resolver con repique de campanas, sino de acciones con espíritu nacional y unitario.»
A partir de entonces, el desarrollo unilateral de “El Esequibo” es inaceptable, y otra torpeza del régimen, es derrotada en la Corte Internacional de Justicia donde a troche y mocha se dirime el asunto, siendo justo y oportuno reconocer, el sentimiento patriótico y valiente del larense Ezequiel Bujanda, en su centenario discurso, que debe ser esculpido en alguna plaza dónde naciera, para preservar la nacionalidad y así lo citamos…
¡Qué admirable sentimiento de nacionalismo! del poeta Ezequiel Zamora, no seamos injustos ¡honremos su memoria!
…Y a la Historia voy, victoriosa o vencida
Jorge Ramos Guerra
