#Opinión: El paquete de Nicolás Por: Nicolás Emigdio Castillo

En estos días tan convulsionados para nuestra Venezuela, donde por un lado un sector lamenta con dolor sincero la muerte del presidente Chávez,  la otra parte se nota muy confundida ante lo que va a pasar en la sucesión del fallecido líder. En ese escenario tan complejo, el presidente encargado y candidato a la primera magistratura, en una dualidad de funciones llamada por el líder de la oposición como “espuria”.  Se esperaba que quien fuera candidato del partido de gobierno, no fuera candidato para que compitiera en igualdad de condiciones con el líder de la alternativa democrática.
Poco tiempo antes de conocer del lamentable fallecimiento del presidente, fue anunciada una nueva devaluación  del  ya maltratado bolívar “fuerte”, pasando de 4,30 a 6,30 (6.300) Bs. de los viejitos, lo que representa un 46,5% de devaluación. Llama mucho la atención que sea precisamente este gobierno que se dice de “izquierda”, que alardea de velar por los intereses de los más desposeídos, el que le ha dado los golpes más certeros al bolsillo de los venezolanos, especialmente de los más pobres.
El señor Nicolás Maduro, en días recientes acaba de anunciar un nuevo sistema alternativo para la venta de divisas, cuyo mecanismo principal sería la subasta. Esa subasta, al parecer no tiene un precio tope de venta definido, lo que significa que las divisas serían negociadas a un precio bastante más alto que su valor preferencial de 6,30 BsF.  Ese excedente en bolívares, que se paguen por encima del valor estimado de 6,30BsF. Irá a salir directamente del bolsillo de la población venezolana.
¿A quién afecta más esta devaluación? Afecta más al que menos tiene, sin dudas. El rico es rico, tiene como soportar ese golpe en su economía, no significa que no le afecte, pero le pega menos, es una realidad. Por otra parte, mientras todo eso sucede, se gastan altas sumas de dinero en una campaña política para favorecer, con todos los medios de comunicación del Estado Venezolano “de todos”, al candidato de una parcialidad política, al candidato del gobierno.
Muchas cosas malas se podrán decir de la llamada “cuarta republica”, pero en esos tiempos existía y se cumplía, el voto castigo. Lo hacías mal, te castigaban no votando por los candidatos de la clase dominante. Ahora no, resulta que se nos quiere presentar al señor Nicolás, como el nuevo redentor de los menos pudientes, en una especie de partido político que pareciera una religión, en la que no se acepta la crítica, y quien critica es traidor o apátrida.
No es tiempo para fundamentalismos, es más, los venezolanos no somos así.  Esa política tan agresiva, tan estricta va incluso en contra de nuestra idiosincrasia. Nosotros somos, dicharacheros, nos reímos de los políticos, siempre ha sido así. No seamos tan amargados, la política no es religión. Hermanos que no se hablan, amigos que ya no se tratan. No es justo, ni con nosotros, ni con nuestros padres, ni con nuestros hijos.
El 14 de abril tendremos la gran oportunidad de dar un giro a este sistema arcaico de gobierno. Henrique Capriles es un joven preparado, también patriota –ama a Venezuela y a los venezolanos-. Este abogado caraqueño, se ha fajado en la búsqueda de soluciones para la patria. Es tiempo de darle la oportunidad. Sin odios sin sectarismos, sin fundamentalismos. Henrique Capriles, merece ser nuestro presidente. Tan pronto se posesione ha prometido revertir los paquetes de Nicolás. ¿Por qué no creerle? Démosle ese voto de confianza. Yo voto por él. Y.. ¿tú?.