La Raya es un pequeño caserío ubicado en la carretera vieja vía a Yaritagua, en el límite de los estados Lara y Yaracuy, pero pertenece a la zona rural de Palavecino.
Posee unas 15 familias que anhelan, además de una vivienda digna, atención oficial, pues la mayoría habita ranchos paupérrimos en condiciones insalubres por la carencia de agua por tubería y un sistema de cloacas.
A ese respecto, Lino Vázquez, dirigente social y expresidente del Concejo Municipal de Palavecino, subrayó que en La Raya sobreviven ante la indolencia gubernamental.
La basura es una calamidad
Indicó Vázquez que lidiar con los desechos sólidos “es una verdadera calamidad, porque pese a la pobreza de los habitantes de la zona, es necesario quemarla para no generar epidemias”. El aseo pasa cada dos meses, y por la carretera, a pesar que la Alcaldía de Palavecino, en el recibo de Corpoelec, nos cobra treinta y cuarenta bolívares por el servicio.
El agua es un clamor
El agua potable es uno de los servicios que con más clamor solicitan los habitantes de La Raya, pero que ningún gobierno, ni el de Peña, ni el de Palavecino, han querido asumir.
-Entendemos que Hidrolara pertenece al Gobierno regional, y conocemos la pugna política existente, pero la necesidad del pueblo debe estar por encima de las diferencias partidistas, más cuando hay ancianos y niños padeciendo por el servicio.
Acotó que cuando los habitantes de La Raya introdujeron la solicitud en la Alcaldía, les dijeron que el trámite era con Hidrolara, pero cuando se dirigieron a la hidrológica, les manifestaron que era con la municipalidad porque no existía acueducto, obra del Gobierno local.
Engaño oficial
El dirigente social refirió que en las comunidades aledañas a la carretera, son numerosos los habitantes con más de 60 años, todos registrados en la Misión Amor Mayor desde su implementación, con la agravante que ninguno ha sido beneficiado, agregando que la mayoría tiene diferentes dolencias que requieren terapia y medicinas.
Narró el terrible caso de su hermano Pablo Vázquez, de 86 años, entre otros, con severo padecimiento de la columna, patología que le impide permanecer erguido, situación que amerita atención oficial con urgencia.
La tierra está quebrada
La Raya es una zona íntegramente agrícola, pero no posee asistencia técnica, ni crediticia.
Explicó que los asentamientos campesinos de la zona “quebraron y hasta los tractores desaparecieron en medio del olvido del Gobierno”.
