Gánate el Cielo

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Dicen que los moribundos, o quienes se suponen cerca de la muerte, se vuelven muy píos y devotos, dispuestos a la apostasía y la claudicación y que, en tal actitud, está presente el oportunismo humano de querer acceder al Cielo sin pagar en la tierra los correspondientes aranceles éticos y religiosos.
Parece que en la misa que hicieron para orar por tu salud, allá en el Ducado de Barinas, expresaste sentimientos que te ubican en ese grupo, pero ni siquiera tu gente te cree, con sobradas razones dada tu poco cristiana costumbre de mentir a todos, para todo y todos los días.
Cómo pueden creer en ti quienes aun estando a tu servicio, se dan cuenta cómo, mientras les dices, en plan electoral, que estas como “un rolo”, después sales a lloriquearle a papá Dios que te dé unos meses más de vida para concluir una gran obra que solo existe en tu imaginación y en la de algunos enfermos que te rodean.
Como es posible que ante esa situación seas tan irresponsable y que no te des cuenta como, todos tus colaboradores y subalternos van al matadero político y existencial sin que tu les ofrezcas soluciones de vida ni busques alternativas para ellos, cual correspondería a un verdadero líder.
Creo que tienes derecho a aspirar al Cielo pero para ganártelo debes ser algo más convincente.
Deberías de dejar de perseguir a la Juez Afiuni cuyo único pecado fue administrar justicia de acuerdo a Derecho y tu le cobras otras cosas que no nombro por ser parte de tu vida familiar y en las cuales la Dra. Afiuni nada tiene que ver. Los que no son magnánimos no van al cielo Hugo.
Deberías dejar en libertad a todos aquellos policías a quienes mantienes en prisión para tener a quien endilgarle los muertos del día que arrugaste después de provocar la inmensa y enardecida protesta del 11 de abril. Todos sabemos de quien son esos muertos Hugo y pongo, por testigo de ello, al hoy nuevamente tu amigo, Arias Cárdenas.
Deberías devolverle la finca a los familiares del Sr. Brito, a quien llevaste hasta la muerte por inanición.
En fin, podría seguir enumerándote gestos que allanarían tu camino hacia el Cielo pero me temo que no harás caso. Mas puede tu egolatría pseudo revolucionaria, tu ilusión de una trascendencia que no tendrás, que la humilde reflexión sobre la calidad y el tamaño de la tortota que has puesto.
De cualquier manera, hagas lo que hagas, tu prestigio, es un prestigio que se fue. Esto no lo arregla ni Bambarito. Ya veremos que sucederá cuando el presidente Capriles Radonski reciba el mando.

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