#OPINIÓN Los Diarios de la Zía Nona: La indecisión (Parte XXIX) #23Oct

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 A los indecisos…

«La soledad es el regalo de la vejez»

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Adagio Teutón

«No siempre estoy de acuerdo conmigo mismo»

Amos Oz 

 «Una sola guerra con muchos frentes… 

no es el destino que nos espera. Ya es una realidad»

Fernando Mires

«En las guerras de nuestro tiempo, ya no hay reglas»

Anne Applebaum 

«Mientras nos quedamos viendo por el espejo retrovisor, 

…el futuro se nos escapa»

Moisés Naim

 «Al igual que cada policía es un criminal y todos los pecadores santos, 

como si las cabezas fueran colas y cara o cruz es lo mismo, 

llámame simplemente Lucifer. Encantado de conocerte. 

Espero que sepas mi nombre. Pero lo que te desconcierta…

…es la naturaleza de mi juego» (Simpatía por el Diablo)

Rolling Stones 

«Podemos perdonar a los árabes por matar a nuestros hijos. 

No podemos perdonarlos por obligarnos a matar a los suyos. 

La Paz llegará cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros». 

Golda Meir  

 «Las redes sociales, el paisaje de hoy, están en manos de innumerables cretinos, cuando no malvados –unos pueden convertirse en otros con facilidad– que no desean escuchar opiniones sino confirmación de sus amores y odios personales. No quieren debate, ni pensamiento; no buscan convencer, sino acusar. Anhelan sentirse parte de un grupo y enemigos de otro, en un mundo que ha sustituido humanismo por humanitarismo y razón por sentimientos»

Arturo Pérez Reverte

  • «¿Cosa de Quién?

Frente al televisor, un elector aturdido oye la noticia. No sabe cómo hacerle, o si no hacerle es el cómo. Piensa en escoger el candidato presidencial en primaria, pero con el avance fatal de la televisión, no entra ni secundaria. El neutro es la terciaria pero tampoco funciona. El pasmo recorre su indecisión. El número de muertos y heridos de un colegio y un hospital en la Franja de Gaza y cientos en los kibutz, no deja margen para otra cosa que la duda. Pocos conciben (fuera de límite donde nace la noticia) cómo hay tantos niños, viejos y civiles muertos sin misericordia en esa lucha de odio rancio, pánico y brutalidad, tan incurable y hermética como la estupidez que la motiva. Y todos saben de sobra que la estupidez es la única enfermedad o padecimiento que no tiene cura.

El votante sufre de duda: o va a elegir candidato en primaria o se hace el musiú y sigue sin salir del cártel de Maduro. Odia la revolución social, pero le atrae un Clap corrupto y el carnet de la patria para perder los fondos jugando a los animalitos que es como terminará sin darse cuenta. Numerosos cretinos, cuando no malvados -versátiles en cambiar, unos en otros-, complican demás la triste desventura, en una nación precaria, con dudosa perspectiva de cambio, si acaso ninguna.    

Entre datos noticiosos oyó la voz del judío Amos Oz preguntándose: ¿Qué haría si el vecino se sienta en el balcón con su niño sobre sus piernas y comienza a disparar una metralleta contra la habitación de mis hijos? ¿Qué haría si el vecino cava un túnel desde su hogar a la habitación de mis hijos con el fin de bombardear mi hogar o secuestrar a mi familia? Cansado y confundido, el votante no concluye, y cuando lo hace, resuelve mal. Eso pasa si piensa que la única salida, para él y su gente, es un golpe de suerte que no pasa. Aquí el cretino mayor, es la humanidad, que poco sabe, y lo poco que sí conoce, no lo entiende, o lo deduce mal. ¿Todo es cosa de quién? Caviló. 

Cuesta trabajo saber quién está más loco, pensó maquiavélico, mientras iba a la botica por el incienso para estrés y a comprar el canario, el dato del día. Ensayó de mamá a no ser indulgente, a sospechar de sí mismo primero, pero no atendió. Mamá reveló que el astuto reduce la estupidez, así como el antitranspirante limita el hedor a sobaco. En realidad, el ambiente social y el entorno natural, en definitiva, son las que corrigen el daño del estúpido, pero no al estúpido mismo pues, ¿qué sabe el burro de chicle bomba?

Alcanzó a la botica con el canario piando y adquirió el aroma. La mente seguía anulada de primaria. Ni hablar de secundaria o terciaria. La mamá insistía desde su conciencia, que actuar es un acto decisivo, amén de moralmente imperativo. Trató de sosegarse. Recordó que cargaba la ficha de los candidatos como galleta en bolsillo de curdo, como decía simpático el tocayo, el gran Marco Antonio (Musiú) Lacavalerie. En el papel rugoso leía nombres desconocidos para muchos en la parroquia caraqueña donde vegetaba sin trabajo formal. Para sobrevivir mataba tigres con lo que fuera forzoso. Como macho vernáculo se fijó en las fotos de cada candidato(a) y por supuesto, observó a priori las dos aspirantes que se le antojaron encantadoras. 

Llamó más la atención la criolla Solórzano, que la mantuana Machado. Delsa parecía más de barrio del oeste y María. Corina, más de urbe del este y parecían actrices de novela de Por estas Calles de Ibsen Martínez, lo que le hizo memorizar el pub de La Castellana del mismo nombre, al que nunca pudo entrar por pela-bola y que transportaba el título de una canción del célebre Yordano, quien era socio del pub, junto a mi primo Carlitos Morales, que las estrellas lo tengan en su gloria.

  • Cosas de Calle 

«Por estas calles» el primer sencillo lanzado de su sexto álbum De Sol a Sol, es una canción del músico ítalo-criollo, más criollo que ítalo, Yordano. Grabada en 1992, fue dedicada al contexto político-económico de Venezuela durante la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez. El título de la canción fue adoptado por Ibsen Martínez para la telenovela homónima estimada de las más exitosas de la televisión venezolana. En agosto 2014, Yordano declaró «Ojalá, como dije en una oportunidad, no me digan más nunca: ¡qué vigente está la letra!» Se equivocó, nunca estuvo más vigente la letra que en estos tiempos rojos rojitos. 

Pero el elector supo al instante que las calles desde Caracas a Gaza, se incendian igual de un modo u otro por la estupidez de ambos bandos. Allá los acaba la revolución del Yihad, aquí los liquida la revolución bolivariana del hambre, la mengua, y las mafias regentes de la casa del pez que escupe agua. Pero el elector sabía eso y no podía hacerse el musiú. Las cartas estaban echadas. Y tenía que atravesar el ponto: Veni, vidi, vinci. Por supuesto, el elector sabía leer, pero de latín no entendía un carrizo, y creyó que era una lengua de muertos y no una lengua muerta.

En medio de toda ignorancia, a la hora de decidirse, el elector contaba con el sentido común, el menos común de los sentidos. Y la calle era un buen ejemplo de dónde había que escoger si a la siniestra o a la diestra. La diestra era una opción menos riesgosa, aunque más valga viejo conocido que nuevo por conocer. Pero el viejo conocido de bigote de charro, es un sujeto desconfiable con cara de santurrón. Y es que, para ingeniar misiones sin real o improvisar disparates es un triunfador garrafal de la estupidez. Podría el elector no saber de letras muertas pero este opresor es un muerto vivo o zombi que entiende de política económica lo que éste indeciso entiende de física cuántica.

El indeciso, luego de ir a la plaza a distraerse, perdido como el hijo de Lindbergh, se sentó en una gradilla donde los árboles duros, los cucos cantores y las palomas iban a bailar con el viento y a surfear los aires del litoral. Entretanto, lagartijos, perros y gatos buscaban sin prisa ni pausa su próximo comestible con la candidez de un beato en cuaresma. Usualmente así se sentía el elector. Un perro sin dueño, un ave sin alas, un gato sin 7 vidas, un lagartijo que repta pretendiendo cumplir con la vida que el azar y el ambiente concedió sin previo aviso, debatiéndose entre zurdos o diestros.

Los chiquillos jugueteando en la plazoleta lo tranquilizaban. Pero las noticias de la guerra de Ucrania, Medio Oriente y las migraciones masivas de paisanos, hablaban desde la intimidad y el desconsuelo. ¿qué república es ésta en la que vivimos? ¿será mejor ir a morirse en algún otro lado, que morirse de hambre en el tuyo? Puede que el elector no diferencie entre lenguas muertas y muertos sin lengua, pero sí reconoce que las cosas por aquí huelen a muertas. Muerta la gente ¿a qué estamos jugando? Los muertos no juegan. Los muertos no concluyen, pues están concluidos.

Ante la epifanía, el indeciso examinó de nuevo la tarjeta en el bolsillo. Volvió a revisar las candidatas, ningún candidato. Decidió por Delsa. Pensó que la mantuana Maria Corina podía echar por tierra todo un esfuerzo pues pensó que era demasiado perfecta para ser buena. Mamá le había educado que lo perfecto es enemigo de lo bueno. Y nada es tan imperfecto como una población sin país, desempleada, y hambrienta. 

  • ¿Quién es Quién?

Amanecer puede ser penoso cuando elegir no es tu lado fuerte. Pensó el votante, mientras lavaba los dientes y el sabor a mentol de la pasta coronaba el aliento de la indecisión. Del señor en la granjita se repetía en su instinto… “el que, no apuesta, ni gana ni pierde. También lo confundía presentir alguna maquinación bilateral donde él es un títere buscando las cuerdas que lo zarandean.

De las tres candidatas, el elector, obvió la tercera. No movía el piso. Delsa, en cambio, era como un guarapo madrugador. La mantuana, por otro lado, sonaba a canto de sirena dulce, que tal vez no decía todo lo que sí sabe, ni sabe todo lo que dice. Las hechiceras, su némesis, no daba para confiarse a ciegas de su canto homérico. Más que un Odiseo era una odisea penetrarla tras la negra cabellera donde surgía su mirada de medusa que nos convertía en piedra, a dios gracia no en Petro, el presidente colombiano, con hijo narco sospechoso. Pero aquí el que no haya pecado que mande el primer pedrusco. Por favor, que no sea uno jibaro. Atrás había quedado el armario del cártel del mostacho bonachón y la reina de las flores.

Había llegado a la orilla del ponto. La bruma ocupaba el horizonte tanto como la indecisión ocupaba su amargura. Las preguntas nacen no importa que no distingues entre muertos de lengua, y lengua muerta, entre candidatos confiables o la mafia de Miraflores. ¿valdrá la pena todo esto? ¿intentamos ganar o seguir perdiendo? ¿Da igual Delsa que Maria? ¿dónde demonios encuentro un país que no sea migrando? Las preguntas van todas juntas, negras y opacas como el café que sirve antes de desayunar e ir a donde toca meter a la primaria, a ver si entra alguna secundaria que salve de la locura. En definitiva, y duélale a quien le duela, nadie sabe quién es quién es este solar donde la propia multitud piensa que esto se jodió y es tierra muerta… pregunta a los del Darién.

El elector escuchaba la noticia que desde ayer mataba al mundo. La guerra, la letra muerta, la odisea de la subsistencia y a eso sumarle el desempleo y el hambre. El votante tomó la papeleta la arrugó y la metió en el bolsillo, mientras muy cuidadoso el ticket de la lotería valía más que la democracia o la nación que lo dejó a su suerte. Por favor José, juégueme 10 bolos al mono, porque el perico no me dejó dormir y ni hablar de las candidatas. Buen día amigo. ¿Usted va a la primaria?

MAFC

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