Cuando al Dr. Marcos Tarre, especialista en materia de seguridad, se le consulta su opinión sobre cómo la persona que resulte electa Presidente puede enfrentar el problema de la inseguridad y la violencia callejera, inmediatamente responde que Nicolás Maduro, quien representa la continuidad del régimen de Hugo Chávez, no garantiza nada.
Durante 14 años hemos visto que el gobierno ha cambiado varias veces a los ministros de Relaciones Interiores, anunciado y realizado una gran cantidad de planes, pero, ninguno ha tenido resultados satisfactorios.
Antes de octubre del año pasado, a raíz de que el candidato Henrique Capriles Radonski puso en el debate el tema de la inseguridad como el mayor problema que agobia a la población, el Gobierno dio como respuesta la misión A Toda Vida Venezuela, la cual fracasó.
Tal fue el fracaso que el mismo candidato del gobierno, Nicolás Maduro, que sí está tocando el tema de la seguridad a diferencia del difunto presidente Chávez, ha dicho y repetido que existe la necesidad de hacer unos planes nuevos. Pero, la población se da cuenta que con este equipo no se va a lograr absolutamente nada en materia de seguridad por más promesas de planes que se hagan.
Los hechos demuestran que no hay voluntad por parte del Gobierno en buscarle una solución a este problema.
Claramente, tenemos una oportunidad el 14 de este mes de que cambie el gobierno y que el Presidente traiga un equipo nuevo con la oportunidad de hacer bien las cosas, porque ya sabemos que Maduro y su gente no ofrecen más que otros planes.
En este sentido de planes y lo que hay que hacer se sabe, observa. El problema consiste en lograr la voluntad política en hacerlo. Y si el equipo que tuvo Chávez no pudo, menos su sucesor podrá porque es la misma gente.
-¿Cuáles serían los primeros pasos que tendría que dar el Presidente, si éste fuera Capriles Radonski?
-Eso está muy claro. Tanto en el plan de Seguridad para Todos que propuso el candidato Capriles a mediados del año pasado como en la misión A Toda Vida Venezuela, que propuso el Gobierno dos meses antes de las elecciones.
Es un problema de decisión política pero, ya hemos visto que el equipo actual no tiene interés en hacerlo.
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