Tras recorrer Buena Vista, San Miguel, Agua Negra, El Manzanal y Sabanita, se llega a Paraíso San José, a 1.484 metros sobre el nivel del mar, y, más allá, a El Páramo, en el municipio Jiménez.
Ciertamente, el paraíso anunciado y que lo tejen un clima envidiable en estos tiempos de insoportable canícula, el rumoroso verde contacto con la Naturaleza y el trato espontáneo de los pobladores, lo estropea el pésimo estado de la vialidad.
La camioneta, enmochada, se queja y se resiste, avanza resignada en una carretera llamada así por uso de la costumbre. El abandono gubernamental es absoluto.
«La última vez que esa trocha supo del asfalto y de máquinas fue hace más de veinte años, cuando Orlando era gobernador«, hizo memoria Antonio Torrealba. (Se refería a Orlando Fernández Medina, compañero de ruta, junto a Rafael Molina y Argemary Daboín, hija del periodista Mario Daboín, aquel recordado as de la fuente policial).
Producen zanahoria, caraota, ajo, cebolla, brócoli, y lo que se les da lo sacan en tractores, en bueyes, a puro lomo a veces, cuando llueve y todo se vuelve un barrizal inaccesible.
Eso sí, por estos parajes andaba el gobernador. Su presencia era avisada por un enjambre de motocicletas y el trajín de autobuses de la alcaldía de Iribarren, afanados en acarrear gentes de otros lugares, y por unidades de Corpoelec que reponían con urgencia bombillas que desde tiempo inmemorial se habían olvidado de alumbrar. ¿La razón?: un show oficial, en medio de tantas necesidades, para conmemorar el Día de la Resistencia Indígena.
El mensaje fue llevado hasta entrada la medianoche. La acogida a la opción de María Corina Machado en las primarias es clamorosa. «María Corina interpreta nuestros sentimientos», dijo el prometedor joven Arturo Torres. «Ella nos brinda confianza«, señaló otra voz, más allá. «Uno la ve y en la imaginación le acomoda la banda tricolor», exclamó una muchacha.
Son gente despierta, resuelta, bruñida por la honestidad. No hay poder malévolo que los engañe y someta más.
Sólo esperan la oportunidad de «sacar el país adelante», como dijo otro desde una ventana. Y, escrito está, esa ocasión única, esperanzadora e impostergable, ha llegado.
JAO
