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El ambientalista Erik Quiroga alertó que la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) estimó que existe un 96 % de probabilidad de que el próximo fenómeno de El Niño, del período 2023-2024, alcance niveles que no se han registrado en los últimos 73 años, lo que significa que sería aún más devastador que el de 1997-1998.
“Entre más extremos sean los eventos de El Niño, más intensa será la sequía en Venezuela y también va a hacer que el caudal de agua del Salto Ángel se reduzca al mínimo”, aseguró Quiroga durante una entrevista en el programa Háblame Bajito que transmite Radio Fe y Alegría Noticias.
El ambientalista también señaló que en el hemisferio norte, donde se encuentra Venezuela, los impactos del fenómeno de El Niño suelen ser más acentuados durante los meses de otoño e invierno; es decir, de octubre a febrero, lo que coincide con el período de sequía en el país.
Aunado a esto, subrayó que los problemas de sequía en Venezuela ya se han venido intensificando en las últimas dos décadas debido a la intervención humana, que incluye la deforestación extrema como resultado de la minería ilegal, la conversión de bosques en áreas agrícolas y los incendios forestales, así como el cambio climático y la incidencia de El Niño.
Quiroga informó que entre los siglos XX y XXI, se han registrado un total de 32 eventos de El Niño, también conocidos como la Oscilación Sur, de los cuales siete han ocurrido en las dos últimas décadas del siglo XXI.
Políticas de Estado y educación
Frente a este panorama, instó a tomar medidas como evaluar el sistema eléctrico venezolano a nivel nacional y regional, establecer políticas de Estado efectivas para enfrentar los impactos de El Niño y comprender que estos fenómenos climáticos serán cada vez más intensos y afectarán de manera significativa a la población.
Paralelamente, recomendó la creación de una base de datos que recopile información relevante sobre cómo países como Finlandia, Suecia y Noruega afrontan las sequías y otros efectos de El Niño, para así desarrollar en el país proyectos que sean viables.
El ambientalista recordó que es fundamental impartir educación ambiental desde edad temprana.
“La educación ambiental debería comenzar desde el jardín de infancia. Cuando se tome conciencia de que lo que sucede en el ambiente repercute en nuestra calidad de vida, todos se convertirán en ambientalistas”, puntualizó.
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