En los principales centros hospitalarios del país el abastecimiento de suministros falla en un 74% para los quirófanos y en un 34% en las emergencias, según se registra en el monitoreo realizado por la Encuesta Nacional de Hospitales durante el mes de junio.
En efecto, en quirófanos el insumo con mayor falla es la lencería, es decir la ropa de cama y la vestimenta especial para el personal médico, mientras que en emergencias las principales fallas son los medicamentos para bajar la presión arterial, los inhaladores de asma y los esteroides.
Los resultados de este monitoreo expresan las grandes carencias de los hospitales venezolanos que además obligan a los pacientes y sus familiares a costear los insumos de su propio bolsillo para poder ser atendidos.
La Encuesta Nacional de Hospitales (ENH), desde el año 2018 ha monitoreado uno de los elementos más elocuentes sobre la situación de los hospitales en Venezuela: el abastecimiento de insumos en áreas críticas como emergencia y quirófano.
Para medir el nivel de desabastecimiento en las áreas críticas, el equipo de la ENH eligió, en el caso de las emergencias, 20 insumos indispensables que permiten atender un amplio rango de condiciones médicas y en base a eso, se genera un índice de desabastecimiento promedio en los hospitales venezolanos.
En el caso de los quirófanos, el índice está calculado con base en 9 insumos indispensables.
Estos datos reflejan que los hospitales venezolanos tienen muy limitada su capacidad de atención, especialmente en los quirófanos. Es por ello, que es común ver largas listas de espera para cirugías electivas, que son aquellas consideradas como no emergencias, entrando en esta categoría incluso las cirugías relacionadas a casos oncológicos.
Sin embargo, incluso en las cirugías que sí se realizan, es común que a los familiares les entreguen una lista de insumos que deben conseguir para poder intervenir al paciente y todo esto debe ser costeado por el propio paciente o sus familiares.
A nivel mundial existe un indicador para la evaluación de las políticas dirigidas a la salud llamado en “out of pocketexpenditure” o el “gasto de bolsillo”. Este indicador evalúa la cantidad de dinero que cada persona debe gastar en salud. Sin embargo, debido a que en Venezuela no hay datos oficiales, no sólo en salud, sino tampoco en el sector económico, es muy difícil saber realmente cuánto dinero los venezolanos tienen que gastar para poder ser atendidos.
Lo cierto es que el principio de gratuidad del sistema de salud público venezolano no se está cumpliendo y que la atención de los pacientes está muchas veces condicionada a la capacidad que éste o sus allegados tengan para poder adquirir los insumos por cuenta propia.