La Red de mujeres constructoras de paz presentó este jueves la segunda edición del informe final correspondiente a 2023 “Las más jóvenes, las más vulneradas”, en el que profundizan los efectos que tiene la crisis en Venezuela en las mujeres venezolanas de los 18 a los 24 años.
Las analistas expusieron en el evento, tópicos como la salud sexual y reproductiva, el acceso a la educación y a la salud, la participación femenina en las comunidades y en los partidos políticos, así como la violencia basada en género y la migración.
El informe fue realizado con la recopilación de los testimonios de más de mil jóvenes provenientes de 13 estados del país. En medio de la compleja crisis que afecta a Venezuela, las mujeres de 18 a 24 años se ven acorraladas por una serie de desafíos que limitan el acceso a la salud, la seguridad y las oportunidades.
La escasez de recursos básicos y la precariedad económica pone a las mujeres jóvenes en una situación de dependencia de sus familiares y vulnerables a las limitaciones económicas de sus hogares.
El informe también apunta que la desinformación en temas de salud sexual y reproductiva pone en situación de especial vulnerabilidad a las jóvenes, especialmente en el caso de las adolescentes, quienes se exponen a embarazos no deseados por no poder acceder al sistema de salud, métodos anticonceptivos y educación.
La abogada Jennifer Jardim, precisó que los datos ofrecidos por el Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos (Cedesex), plantean que en Latinoamérica hay 67 embarazos por cada 1000 adolescentes, mientras que en Venezuela la cifra escala más del 50% con 97,7 embarazos por cada mil jóvenes.
“Por este motivo no es de sorprender que entre 2022 y 2023 Venezuela se haya ubicado en la cúspide de un indicador importante: es el país con la tasa más elevada de embarazos adolescentes de la región”, apunta el informe.
Además del análisis de estos tópicos, las analistas también presentaron recomendaciones para la protección de las mujeres y los mecanismos de resolución de los flagelos que afectan a las más vulnerables.
Para ello, señalan que se necesitan estrategias que refuercen los servicios de apoyo a las niñas y mujeres vulnerables y víctimas de violencia, así como instruirlas en materia de derechos sexuales, educativos y políticos.