El doctor Elio Gómez Grillo, uno de los más reconocidos especialistas en materia carcelaria, quiso contribuir a la humanización de los penales y aportó su conocimiento al respecto para la elaboración de varios artículos de la Constitución, recuerda una declaración de la organización Democracia y Libertad.
Sostenía el profesor universitario que era la cárcel era la oportunidad que se le brindaba a quienes habían incurrido en delitos para que, tras pagar condena, podrían reinsertarse en la sociedad y ser útiles a sí mismos y a sus familiares.
Lamentablemente, sus planteamientos no fueron atendidos, no obstante estar contenidos en la Constitución, porque el Estado descuidó sus responsabilidades y dejó que los pranes asumieran el control de los penales.
Sabe la mayoría de la población venezolana que la cárcel de Tocorón ha sido desde hace mucho tiempo el centro de operaciones de la megabanda criminal Tren de Aragua, cuyo cabecilla es el delincuente apodado Niño Guerrero.
Pero, además durante los últimos 24 años, además de Tocorón, todos los penales están regidos por pranes, quienes son los delincuentes más peligrosos y se han cometido masacres entre los propios reclusos.
Ahora que ha salido a relucir la figura del cacique Guaicaipuro en un operativo de 11 mil efectivos, según la propia información oficial, el gobierno debe rendir cuenta de todo lo que ha ocurrido en Tocorón, porque no es cierto que sea un éxito el despliegue hecho, por cuanto aún no se sabe el paradero del Niño Guerrero y sus secuaces.
Y la ocasión se presenta para que se abra una exhaustiva investigación sobre la violencia en las cárceles y la vida de lujos que han venido llevando los pranes que, no obstante ser reclusos, salen libremente de los penales y ejercen el control férreo de éstos porque han tenido la complicidad de funcionarios de todos los niveles que pertenecen al sistema penitenciario venezolano.