La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió el domingo la devolución rápida de migrantes “irregulares” y una campaña contra el “negocio brutal” del tráfico de migrantes, durante una visita con la primera ministra italiana a una pequeña isla pesquera sobrepasada por la llegada 7.000 personas en un solo día esta semana.
Las tensiones han aumentado en la isla, que está más cerca de Túnez que del continente italiano, y los habitantes expresan su impaciencia por el flujo constante de migrantes que intentan llegar a Europa desde el Norte de África pasando por sus costas —no sólo esta semana sino desde hace décadas.
“Nosotros decidiremos quién llega a la Unión Europea y bajo qué circunstancias. No los traficantes”, dijo Von der Leyen tras visitar la isla. Cruz Roja indicó que 1.500 migrantes seguían en el centro de recepción, construido para acomodar a apenas unos cientos.
Ante la nueva crisis, la primera ministra italiana Giorgia Meloni ha prometido medidas más duras y pedido un bloqueo naval del norte de África para impedir la salida de los botes migrantes.
La promesa de Von der Leyen de perseguir “este negocio brutal” de tráfico de migrantes y ayudar a Italia a lidiar con el pico de llegadas dentro de un plan de 10 puntos no parece llegar a la categoría de un bloqueo naval, al menos en el corto plazo.
En lugar de eso, se mostró a favor de “explorar opciones para expandir las misiones navales actuales en el Mediterráneo, o trabajar en otras nuevas”.
El plan también incluye acelerar fondos para Túnez dentro de un acuerdo con la UE para bloquear las salidas a cambio de ayuda, ayudar a Italia a acelerar las solicitudes de asilo y establecer corredores humanitarios en los países de origen para disuadir a la gente de emplear rutas ilegales.
También prometió el apoyo de la agencia fronteriza Frontex para garantizar “el regreso rápido de migrantes a su país de origen” si no cumplen con los requisitos para permanecer en la UE, en colaboración con los países de origen.
Von der Leyen también pidió a los países miembros de la UE que acepten traslados voluntarios —una fuente frecuente de discordia— mientras el bloque envía expertos para ayudar a gestionar y registrar al gran número de migrantes que llegan a Italia.
“Es muy importante para mí (estar aquí) porque la migración irregular es un desafío europeo y necesita una respuesta europea. Así que estamos juntos en esto”, subrayó Von der Leyen.
Meloni, que ha suavizado su antigua posición combativa contra la UE desde que llegó al poder el año pasado, describió la visita de la presidenta de la comisión como un “gesto de responsabilidad de Europa hacia sí misma”, y no sólo un indicio de solidaridad con Italia.
“Si no trabajamos seriamente todos juntos para combatir las salidas ilegales, las cifras de este fenómeno no sólo sobrepasarán a los países fronterizos, sino a todos los demás”, dijo Meloni.
La mandataria reiteró su petición de un bloqueo naval “eficiente” y subrayó que las misiones previas de la UE no se hicieron de forma adecuada, lo que resultó en un despliegue en el Mediterráneo que, según ella, fomentó las salidas de los traficantes; esa afirmación es cuestionada por expertos en migrantes. El gobierno italiano tiene previsto activar con rapidez un sistema para repatriar a los migrantes que no cumplen los requisitos para quedarse en Europa dentro de un paquete de medidas a concretar el lunes, añadió.
Save the Children expresó su esperanza de que la visita de ofrezca respuestas concretas y pidió una estructura europea para buscar y rescatar a los migrantes en peligro en el mar.
Imágenes de televisión mostraron a Meloni hablando con isleños que relataban sus frustraciones. La premier les dijo que su gobierno trabaja en una respuesta firme que incluirá 50 millones de euros (53,4 millones de dólares) para ayudar a la isla. Una persona no identificada en la multitud dijo que no se trataba sólo de dinero.
Los recién llegados también se han mostrado irritados por la larga espera para ser trasladados. Imágenes de televisión mostraron el sábado a cientos de personas que avanzaban hacia la puerta del recinto cuando la policía empleaba escudos para impedir su acceso. En otras imágenes, algunos migrantes treparon la cerca del centro de recepción.
La crisis es un desafío para la unidad de la UE y para el gobierno de ultraderecha de Meloni.
El vice primer ministro, Matteo Salvini, líder del populista grupo conservador Liga, ha cuestionado la eficacia del acuerdo entre Bruselas y Túnez que pretendía detener las salidas a cambio de ayuda económica. Salvini recibió más tarde el domingo a la líder conservadora francesa Marine Le Pen en un mitin anual de la Liga en el norte de Italia.
La mayoría de los migrantes llegados esta semana había zarpado desde Túnez.
Este año, Túnez reemplazó a Libia como el principal punto de partida de los migrantes que emprenden el peligroso viaje por mar hacia Italia, lo que a su vez ha creado una crisis para Lampedusa, con poco más de 6.000 residentes permanentes.
El número de migrantes que hacen la peligrosa travesía a Italia es casi el doble que el año pasado, y va camino de alcanzar las cifras récord registradas en 2016.