Nicolás Maduro ha hecho un viaje hasta China en busca de apoyo financiero, pero ha regresado con las manos vacías.
La promesa de que un venezolano vaya como acompañante de los chinos en un viaje a la Luna, en nada sirve de consuelo a quienes están esperando que la situación mejore, porque de lo contrario tendrán que seguir los pasos de unos ocho millones que se han ido a otros países, en busca de mejorar sus condiciones de vida.
De la Luna no se van a traer los recursos económicos que Maduro no ha podido conseguir en la tierra, para por lo menos paliar la crisis económica que abate a Venezuela.
Es difícil que el gobierno obtenga créditos porque lo impide la corrupción, dice Orlando Zamora, ex director del Departamento de Riesgos del Banco Central de Venezuela y asesor financiero independiente.
En su libro Concentración de poder: Revés del sueño protagónico, Zamora hizo un recuento de casos de corrupción durante gran parte del mandato de Hugo Chávez.
Con Zamora se trató en esta entrevista de El Impulso lo fundamental de las relaciones económicas con China.
Después de los casos de corrupción de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa), que son incalculables, ¿Cuál es el caso más importante?
Tendríamos que remitirnos al Fondo Chino, creado en el 2008 con el propósito de intercambiar financiamiento entre el Banco de Desarrollo Chino y el Bandes, de Venezuela. Al vencerse, en el año al 2020, prácticamente, se habían evaporado 74.000 millones de dólares, no soportados en obras concretas.
¿Qué se hizo en esos doce años?
Hubo mucha corrupción. Se presentaron 220 proyectos que al estudiarlos no suman ni demuestran la magnitud de esos recursos.
¿Cuáles fueron los casos más sobresalientes?
Brevemente puedo mencionar los siguientes:
De los tres satélites, adquiridos a 250 millones de dólares cada uno, actualmente funciona uno solo, el cual está al servicio de la Fuerza Nacional Bolivariana para comunicaciones nacionales. Los otros dos se perdieron.
Se aprobó una fábrica de teléfonos, para producirlos en enormes cantidades y venderlos a los sectores de menores recursos, pero no se hizo ninguno.
Una fábrica de drones, que se iba a instalar en el Guárico, tampoco se hizo realidad; el tercer puente del Orinoco quedó en proyecto como ocurrió con las termoeléctricas de la isla de Margarita y las del Zulia no se terminaron.
¿Algo que se hiciera?
Las estaciones de los Metro de Maracaibo, Valencia y Los Teques quedaron inconclusas, ya que apenas se hicieron seis. Pero, aquí se presenta un hecho muy curioso como es que, además del Fondo Chino aparecen que fueron financiadas por Pdvsa en el informe de Rafael Ramírez correspondiente al año 2009, y también Fonden en su propio informe dice que lo financió.
¿Cuál es su apreciación?
Que aquí se presenta una confusión y una imprecisión, pero hasta ahora la Contraloría General de la República, que debiera estar atenta a estos informes, nada ha dicho.
¿Cómo es posible que no haya una explicación sobre un caso tan impresionante?
No es el único. También está en esas mismas condiciones la represa Manuel Piar, a la cual se le invirtieron 9 mil millones de dólares y no se terminó de construir, pero aparece con financiamiento del Fondo Chino y del Fonden, además de Banco Interamericano de Desarrollo.
¿Cuántas obras del Fondo quedaron inconclusas?
Muchas, pero me estoy refiriendo a las más importantes como el Plan Ferrocarrilero Nacional, previsto desde el 2006 al 2013 y en el cual se dispusieron de 9 mil millones de dólares, apenas se construyó una parte en los valles del Tuy, pero el sistema quedó totalmente paralizado. Hubo dos hechos de corrupción: uno con bonos vendidos y comprados por el propio Bandes en el 2009 y otro en el 2012 cuando era ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Rodríguez Torres y vice ministro Hugo Carvajal, alias El Pollo, quienes denunciaron la desaparición de 84 millones del Fondo Chino venezolano y desviados a Portugal, hecho por el cual fueron procesados 6 funcionarios y al día de hoy nada se sabe del resultado de las investigaciones.
De acuerdo con sus señalamientos, ese Fondo Chino sirvió para agravar la corrupción
Entre los proyectos también tenemos que citar el teleférico de Merida, en el cual fueron incluidos caminos agrícolas a ser construidos por el mencionado Fondo para, según informe de este, hacer de Venezuela una potencia agrícola.
Igualmente se ocupó de cosas como artefactos eléctricos (cocinas, neveras, lavadoras) de la firma china Haier, para la misión Mi casa bien equipada por la otra misión Gran Misión Vivienda, también figuran entregados, supuestamente.
Para los funcionarios más cercanos al poder central estuvieron los vehículos chinos, los cuales aparecieron un tiempo y al desaparecer fueron sustituidos por los Toyota. 65 de éstos fueron decomisados al producirse el procedimiento contra funcionarios de Pdvsa durante el escándalo que hizo renunciar a Tarek El Aissami del Ministerio de Petróleo. Ni de los carros ni del mencionado funcionario se sabe nada.
Ahora que habla de carros, los Yutong fueron traídos por el Fondo y hace pocos días se quemaron algunos en un depósito de Barquisimeto. Al parecer, no les siguieron vendiendo al gobierno los cauchos y repuestos
De los autobuses Yutong son innumerables los que se encuentran en cementerios de chatarra tanto en Caracas como en el interior del país.
Pero, ¿no hay algo beneficioso?
De las pocas cosas que funcionan del acuerdo con el Fondo Chino están las máquinas de rayos X que están ubicadas en algunos puertos y aeropuertos como en La Guaira y Nueva Esparta, que fueron instaladas por el Seniat para la vigilancia de entrada y salida de mercancías.
¿Cómo es que una cantidad de dinero tan grande se pierda sin que se establezcan responsabilidades?
El Fondo Chino fue una caja de Pandora. Hay que recordar que de esa fortuna de 74.000 millones en dólares, la mitad se recibieron y fueron administrados por el Bandes, mientras que la otra mitad se hizo en yuanes –la moneda china—para asi garantizar la compra de bienes chinos.
Bandes llegó a tener en sus cuentas 23 mil millones de dólares y después de todo lo que ha pasado no hay manera de justificar ese convenio por 74 mil millones de dólares sobre los cuales los intereses resultaron muy caros, superiores al 8,5 % que cobran los bancos de desarrollo por concepto de préstamos en muchas mejores condiciones.
Ese convenio tuvo dos fases: la primera desde el 2008 hasta el 2012 y al ser ratificado, de ese año hasta el 2020, casualmente, cuando estaba comenzando la pandemia china de la COVID-19.
Desde el punto de vista legal, ya no tiene vigencia ese convenio, no obstante se mantiene una deuda por 8.000 millones de dólares, que se continúan pagando.
¿Con petróleo?
El gobierno venezolano se había comprometido a entregar 230.000 barriles de petróleo diarios hasta ser cancelados todos los recursos concedidos por el gobierno chino. Como todavía la deuda se mantiene, gran parte de la limitada producción petrolera venezolana está siendo dirigida a cancelar el compromiso contraído.
Además del Fondo, ¿Qué nos puede decir de los acuerdos de China con Venezuela en materia petrolera, tomando en consideración que esa potencia aprovechó que Hugo Chávez ya no quería tener relaciones con Estados Unidos?
El acercamiento de Chávez con el gobierno chino, facilitó la firma no sólo de un acuerdo de carácter petrolero, sino de 275 acuerdos para las más diversas áreas y, particularmente, agropecuarias, ciencia y tecnología, telecomunicaciones y ferroviarias.
Pero, el de cooperación energética era el más ambicioso porque ya Chávez había vendido la idea de que Venezuela tenía las mayores reservas de petróleo del mundo y, por tanto, no necesitaba de los Estados Unidos para que le compraran el crudo que, tradicionalmente, le había vendido nuestro país, pues el resto del mundo se interesaría por lo que había sido el principal producto de exportación.
Una vez que la China se mostró interesada por el petróleo, el convenio que se suscribió con el gobierno venezolano proponía llegar al 2.012 a la exportación de un millón de barriles diarios de crudo venezolano hacia aquella potencia asiática.
Dada la historia petrolera venezolana de más de un siglo en la explotación petrolera, el gobierno incluyó en su convenio con los chinos participar en la construcción de refinerías para procesar el crudo extraído de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Al año siguiente, el 2009, un nuevo acuerdo establecía aumentar las exportaciones de petróleo hacia el territorio chino. Y mediante una empresa conjunta, en la cual se invertirían 16 mil millones de dólares, producir 450 mil barriles diarios de extrapesados.
En el 2010, los chinos confiados en la experiencia de los venezolanos aprobaron el proyecto para construir una refinería en Jieyang, provincia de Guandong, en la cual se invertirían 6 mil millones de dólares con capacidad de refinar 400.000 barriles diarios de crudo.
El convenio entre Petróleos de Venezuela, S. A (Pdvsa) y la China National Petroleum Corporation (CNR) era para producir 400 mil barriles de extrapesados de la Faja del Orinoco.
Todo eso ya pasó porque la industria petrolera venezolana está en un mal momento y la única empresa que sí está trabajando es la estadounidense Chevron, la cual tiene licencia de la Oficina de Control de Activos del Tesoro de los Estados Unidos.
Los chinos salieron de esos convenios y, entonces, el gobierno venezolano recurrió a los iraníes, que han venido haciendo reparaciones, se producen fallas y vuelven a insistir. No ha sido posible recuperar la capacidad de refinación y se mantiene la escasez de combustibles.
