El agua que recibe Maura Castillo, para abastecer su hogar, no sale del grifo. En Las Sábilas, al norte de la ciudad, nunca hay agua por tuberías. Con ayuda de cisternas, las familias logran cumplir con los quehaceres de día, incluso, la preparación de los alimentos.
¿Agua gratis? Misión imposible. Las cisternas gratuitas que deberían proporcionar las autoridades locales y regionales, ni siquieran se ven por la comunidad.
El que no paga, no tiene agua, dijo la vecina de la popular barriada que pertenece a la parroquia Tamaca, en la vía que conduce a Duaca. Lo peor del caso, es que comprar dos o tres “pipas” (recipientes) a la semana, representa gastos elevados para las humildes familias que habitan en las diferentes manzanas o etapas del urbanismo. Pagan hasta 100 bolívares semanales para, medianamente, gozar del vital líquido.
Otra de las quejas que expresan los habitantes de Las Sábilas y de comunidades cercanas, es el líquido salobre que suministran a los grupos familiares, bebida que además resulta dañina para el organismo de niños y adultos. “Nos traen agua salada. La Alcaldía de Iribarren y la Gobernación de Lara, deberían mandarnos el agua gratuita y que sea dulce, no aguantamos más sed”, agregó Maura Castillo.
“Dejaron la valla y se fueron”
El módulo deportivo que prometió la Gobernación del estado Lara, para la urbanización Las Sábilas, no ha iniciado su construcción. 3.5 millones de bolívares, es la inversión que aseguró el mandatario regional, se invertirían en la edificación de las canchas deportivas en pro de desarrollar un programa que aparte a los chicos de la delincuencia.
No obstante, sólo durante dos días se observaron las máquinas.
Giovanni González, habitante de la zona, declaró que hace falta espacios de recreación que beneficie a los niños, adolescentes y jóvenes de Las Sábilas.
“Nos gustaría que el módulo deportivo recobre la fuerza con la cual el gobernador Henri Falcón, nos presentó el proyecto”, sostuvo el vecino.
Piden una academia de danzas o bailes tradicionales que les permita también recrearse de manera sana y rescatar la imagen de la comunidad.
Fotos: Simón Alberto Orellana