Este lunes falleció en Caracas el conocido dirigente empresarial, Eddo Polesel, fundador de la empresa comercializadora de repuestos Requieca; expresidente de la Cámara Nacional de Importadores de Repuestos Automotrices (Canidra) en la década de los 70, ex presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) 1979-1981 y de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras) entre 1989-1991.
Quienes conocieron de cerca a Eddo Polesel aseguran que no es sólo era un hombre de acción. Más allá de su probada capacidad como promotor, organizador y director de empresas, o como conductor y motor de organizaciones gremiales, Polesel ha sido, simultáneamente, un hombre de pensamiento. Un hombre de ideas. Un teórico Sobre esta doble condición de hombre de hechos y de hombre de ideas- que, por lo demás es la que caracteriza a los dirigentes trascendentes- descansa la importancia del aporte que ha dado al movimiento empresarial venezolano.
Desde sus posiciones como dirigente gremial del sector empresarial, fue un ardiente defensor de los principios de la libre empresa, de la economía de mercado, de la propiedad privada y de la institucionalidad democrática.
Aun estando retirado de sus actividades gremiales, siempre su voz y su experiencia era escuchada en los Consejos Nacionales de Fedecámaras, asimismo era Consejero Permanente de Consecomercio e integrante del Consejo de ex Presidentes de Fedecámaras.
Con su desaparición el movimiento empresarial organizado pierde a uno de sus más destacados dirigentes; sus sabios consejos ya no serán escuchados en las reuniones, pero su imagen como uno de los grandes y exitosos capitanes de empresa del país, será muy difícil de olvidar. Paz a su alma.