Hasta hace poco se pensaba que solo nueve países poseían armamentos nucleares. Pero hace poco –dixisse fertur Putin (dice que Putin dijo)- Bielorrusia es ahora el décimo país con potencial nuclear ya que –aparentemente- Rusia ha enviado armamento nuclear a Bielorrusia.
Todos sabemos que el primer país que desarrolló bombas nucleares fue los Estados Unidos de América en o antes de 1945 como resultado del Proyecto Manhattan y que las usó en Hiroshima y Nagasaki, Japón, en agosto de 1945.
Los Estados Unidos de América tuvieron la supremacía militar indiscutible durante cuatro años. En 1949, la entonces Unión Soviética desarrolló su arsenal nuclear lo cual fue el inicio de la Guerra Fría entre las, para entonces, dos superpotencias.
Se creía que la Guerra Fría había terminado con la Caída del Muro de Berlín en 1989 pero los hechos actuales demuestran que no fue así. Fue solamente una pausa aparente.
Tres años después, en 1952, el Reino Unido –aliado de los Estados Unidos de América y con la ayuda de este último- desarrolla su programa de armas nucleares con la Operación Huracán.
Transcurrieron ocho años cuando en 1960, Francia –por sus propios medios- detona su primera bomba nuclear… ¡en el desierto de Argelia! Bueno… en EE. UU. fueron más arriesgados aún: ¡hicieron sus pruebas dentro de su propio territorio!
China entra en el grupo de potencias con armas nucleares en 1964 después de la crisis de los misiles de Cuba en 1962, que puso al mundo al borde de una guerra nuclear, y de la instalación del “teléfono rojo” entre Washington y Moscú en 1963.
Quizás 1963 fue el año en que las potencias nucleares se percataron de la necesidad de adoptar medidas para prevenir cataclismos nucleares. Imagino que en ese año fue que apareció formalmente en la escena pública mundial la estrategia conocida como Mutual Assurance Destruction (Destrucción Mutua Asegurada). En breve, la estrategia consistía en la mutua disuasión de no atacar ante la seguridad de que el atacante sería contraatacado con respuestas iguales o aún peores. Quizás esa idea de “respuestas superiores” motivó la carrera armamentista creyendo que mientras más armas nucleares poseyera una superpotencia, mayores eran sus posibilidades de sobrevivir cuando la realidad fue que lograrían acabar con todo el planeta.
Cuando China entra en la competencia por armas nucleares, la carrera armamentista involucra una distorsión a la estrategia de disuasión. Ahora se tiene que considerar en la ecuación a China en el Lejano Oriente, a la Unión Soviética en Europa y Eurasia y a los tres aliados occidentales: EE. UU., el Reino Unido y Francia. China y la Unión Soviética eran los dos únicos países comunistas con armas nucleares aunque no se puede decir que ambos países formen un bloque aliado aunque sí con algunos inestables intereses comunes en ciertos aspectos y ocasiones.
Los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas eran, a su vez, las potencias nucleares. Vistos bajo el prisma actual, de poco sirvieron el teléfono rojo entre Washington y Moscú, el Tratado de No Proliferación Nuclear en 1968, los acuerdos SALT I y II entre 1972 y 1979, y la política de distensión o “détente” iniciada por Nixon y Brezhnev en los años 70 ya que India desarrolló sus armas nucleares en 1974, seguida por Pakistán en 1998 –el primer país islámico con armamento nuclear- y Corea del Norte en 2006.
No incluyo en estas consideraciones a Israel, Sudáfrica y Libia o a grupos radicales que puedan poseer “bombas atómicas sucias” (las bombas atómicas sucias son armas que combinan explosivos convencionales que dispersan material radioactivo pero que no producen la energía destructiva de la fisión nuclear). En algún caso, se dice que quienes tenían programas militares de esta naturaleza o los suspendieron, o los abandonaron o simplemente no se sabe o no hay confirmación.
¿Cuál era el temor de China que la impulsó a desarrollar armas nucleares? Una posible respuesta –entre otras relacionadas con cuestiones de soberanía, no intervención y prestigio militar- es que China temía el dominio de las potencias occidentales y de la Unión Soviética (¡vaya alianza incondicional entre China y la U.R.S.S.!).
Por su parte, los temores de India eran China (India y China estuvieron en guerra en 1962) y Pakistán (quien apoyó el desarrollo del programa nuclear chino) Las relaciones de India con China y con Pakistán han sido complicadas por sus permanentes rivalidades.
Para Pakistán, el armamento nuclear de India era motivo de temor y lo percibía como una amenaza superior. Pero también se sentía amenazada por la presencia militar soviética en Afganistán que podría intervenir en caso de conflictos con India.
Pareciera bastante claro que el temor de Corea del Norte es que sea atacada o invadida por EE. UU. y(o) sus aliados. La enemistad entre Corea del Norte y EE. UU. (y sus aliados) viene desde la Guerra de Corea entre los años 1950 y 1953.
Como se puede observar, la región ocupada por China, India, Pakistán y Corea del Norte es bien complicada y delicada. Todos estos países –armados con artefactos nucleares- se encuentran fuera de la ecuación de la estrategia disuasiva de Destrucción Mutua Asegurada. No se diga del novísimo triángulo Rusia – Bielorrusia versus Ucrania.
¿Y qué podría pasar si Irán adquiere potencial nuclear?
Irán es un país que se enfrenta a múltiples amenazas y desafíos en su región y en el mundo. Y quizás se podría también decir que muchos países tienen fundados temores por las amenazas y desafíos que les produce Irán.
Irán y su entorno es inestable. No es un ambiente propicio que pueda garantizar que seguirá una estrategia de solamente disuasión o de jamás ser el primer atacante. Allí proliferan conflictos armados, grupos independentistas, movimientos separatistas, fuerzas paramilitares extremistas locales y extranjeras, y presiones y represiones sociales y religiosas.
De todos es conocida la rivalidad, enemistad y hostilidad entre Irán y EE. UU. Amenazas, insultos, sanciones y respuestas a las sanciones son juegos de niños entre las verdaderas e importantes tensiones que existen entre ambos países.
No sé si la rivalidad con Israel es peor o igual a la que tiene Irán con EE. UU. Entre Irán e Israel han ocurrido intercambios de acciones armadas. El primero desea acabar con Israel (y francamente no sé de dónde les viene esa tirria contra Israel) y el segundo ha atacado instalaciones nucleares iraníes cuando ha sospechado que Irán tiene un programa nuclear secreto.
Un caso concreto es la tensa relación de Irán con los países miembros de la Confederación de Países Árabes (22 en total). Más parecen bloques antagonistas que hermanos musulmanes. Las diferencias religiosas, políticas y económicas son más que notorias. Irán es el principal representante del islam chiita, mientras que la mayoría de los países árabes son sunitas y siguen la influencia de Arabia Saudita.
Irán muestra una clara ambición de dominio y tiene en su mira a Arabia Saudita que es el principal rival de Irán en la región del Medio Oriente y que se ha opuesto a los intereses iraníes en los conflictos de Yemen, Siria, Líbano e Irak. Por supuesto que desean mantener a raya a Irán por sus características teocráticas incompatibles con las monarquías árabes. También compiten por el liderazgo en materia petrolera. Y Turquía -por su liberalidad religiosa y su relación con la Unión Europea- debe ser el segundo rival de Irán.
Pareciera que un Irán con potencial nuclear sería un incentivo para que sea precisamente Irán quien aumente el riesgo de una escalada bélica y de una carrera armamentista. Allí una estrategia de pura disuasión para su defensa no es creíble ni probable.
Dios guarde a V. E. muchos años.
La cuenta del autor en Twitter es @Nash_Axelrod.