«Ayudar al que necesita no es parte del deber sino de la felicidad» nos dejó dicho José Marti, en este momento se debe tomar muy en cuenta este mensaje, todos los que buscamos la paz y la unión para afrontar con sabiduría y en forma pacífica los tantos problemas, con talento, tolerancia, unidos monolíticamente, sin exclusión todos por el país con honestidad, prudencia, sin descalificación y mucho respeto, estas condiciones hoy un poco ausentes pero debemos tener fe de que ya de por si se está encontrando el camino que nos conducirá al éxito, hay señales de que todos se están dando cuenta de que solo en la unión y la ética son las que nos llevaran a la tan necesaria recuperación en todo los sentidos por medio del amor, buenas y concienzudas ideas para terminar con la diatriba o los que viven del conflicto que solo sirve para coartar ilusiones, alejar buenos proyectos que tengan beneficios colectivo y contribuyan a la paz y amortigüen las carencias como una contribución o aporte al bienestar de todos donde no hallan diferencias tan marcadas, reine la paz y la armonía en toda sus formas y se termine las diferencias que a voz populi y sin razón alguna por que todos conocemos lo generoso y paciente que ha sido nuestra nación y no necesita de mucho esfuerzo para que todos vivamos cómodos y disfrutando de todas las bondades que Dios nos dejó y así lo esperamos, conscientes de lo que hoy no se valora en un futuro se lamenta.”
Está comprobado que la teoría se consigue es con la práctica aparte de que sin esfuerzo no hay victoria y mucho menos prosperidad y esperanza; hago una invitación a trabajar un poco más y a buscar por medio del trabajo honesto mayor producción y generar puestos de trabajo, ocupando más el tiempo en generar soluciones que beneficien al país, dejar de perder el tiempo, se dice que hoy un alto porcentaje utilizan su tiempo analizando los gobiernos en busca de lo negativo que nos conduce solo a perder la fe y la esperanza y no es un sentimiento de quien piensa en trabajar, hay que instalarse un chip en la mente como los campesinos que vivimos a la espera de una buena cosecha o un buen negocio que nunca llega pero con la fe, la esperanza y la voluntad intacta, este mensaje es para los profetas del mal los agoreros y los flautistas confiemos y amemos a nuestra patria y una súplica al Espíritu Santo que no siga la desintegración familiar, que regresen a nuestra nación los que se fueron, por supuesto cuando se cumplan estos deseos y se le puedan ofrecer una vida más digna.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia el respeto y la prosperidad de nuestro país.