En Febrero de 2012, Aereo vio la luz en Nueva York, este servicio permite que cualquiera, desde cualquier dispositivo, pueda ver la televisión como si estuviera directamente conectado a la antena. Por desgracia, desde entonces su expansión ha ido avanzando muy lentamente, y de hecho todavía ahora está previsto que llegue a otras ciudades importantes de Estados Unidos.
¿Por qué este retraso? Fundamentalmente por los problemas legales. Las principales cadenas de televisión del país han demandado a la compañía porque este sistema “amenaza su negocio” al considerar que puede causar que la gente dé de baja su servicio de cable o porque no se paga nada por la redistribución de la señal. Pero ¿qué es exactamente Aereo y cómo funciona? Ahí está precisamente el truco, que podría revolucionar por completo el concepto de televisión.
Aereo, mini-antenas para todos
Imagínate que quieres ver la televisión y no tienes acceso a una antena. Siempre puedes recurrir a Zattoo o algún servicio similar, pero en el pasado ya se ha demostrado que esto no es del todo efectivo, ya que muchas veces no tienen todos los canales y no te ofrecen los mismos servicios que te podría ofrecer un software grabador.
Aereo pretende solucionar todo esto. No sólo ofrece todas las cadenas en abierto, sino que además otorga al usuario cierto espacio DVR por si quiere grabar algún programa que no esté viendo en ese momento. ¿Por qué Aereo se está expandiendo, mientras que otros servicios similares terminan cerrando por presiones legales? Precisamente por cómo lo han construido.
En Aereo, cada usuario tiene su antena para ver lo que le plazca. La señal es transmitida al usuario a través de Internet, por lo que a fin de cuentas es como si estuviera conectado directamente en su propia casa. Esto se traduce en arrays de cientos de antenas, que Aereo almacena en distintos datacenters (para poder ofrecer la programación local, tiene que tener antenas en las ciudades donde quiera ofrecer el servicio).
El CEO de Aereo muestra un array de antenas
¿Por qué tanta complejidad técnica? Fundamentalmente, porque de esta forma se cumple la ley estadounidense sobre retransmisión. Cada usuario tiene su propia antena, como podrían tenerla en su propia casa, y pueden grabar contenidos, como podrían hacerlo con su TiVo para uso personal.
Las cadenas, a por su cierre
A pesar de todo esto, y antes incluso de que el servicio comenzara a funcionar en Nueva York, las cadenas decidieron emprender acciones legales contra Aereo, al considerar que estaban redistribuyendo su señal de manera no autorizada y sin ofrecerles “compensación” alguna. El juicio terminó a favor de Aereo, pero las cadenas han recurrido y ahí sigue el proceso legal.
¿Por qué tanto problema? En Estados Unidos, como en España, existe la emisión en abierto de ciertas cadenas, pero estamos hablando de un país donde existe la cultura de la televisión por cable con una tasa de abonados altísima. Estos proveedores de televisión de pago desembolsan cada mes una cantidad de dinero determinada a las cadenas en abierto por distribuir su señal entre sus clientes y precisamente con Aereo se evita este pago.
También está el fenómeno del cord-cutting, que con la crisis económica y con el auge de las alternativas (Netflix, Hulu, etc.) cada vez temen más en Estados Unidos. Aereo podría ser un motivo más para que los usuarios dejen de pagar televisión por cable y se pasen definitivamente a Internet, según afirman las propias cadenas.
¿Y el futuro?
Todos estos problemas están mermando notablemente su expansión. Hoy precisamente saltaba la noticia de que algunos proveedores de televisión de pago podrían haberse interesado por esta tecnología en las pasadas semanas, pero han terminado de descartarla por evitar los problemas legales que pordían venir asociados a ellas.
Por supuesto, de una posible expansión internacional todavía no hablamos, ya que les ha llevado más de un año dar el salto a otras ciudades importantes de Estados Unidos y la mayoría del país aún está por cubrir. Pero sin duda el concepto es muy interesante, si es que las cadenas no consiguen pararlo antes.
Foto: Archivo