El Papa Francisco clausuró hoy la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) con un mensaje de esperanza y compromiso para los más de un millón de jóvenes que participaron en el evento. En el Parque Tejo de Lisboa, el pontífice les pidió que «no tengan miedo de cambiar el mundo y luchar por la justicia y la paz», y les anunció que la próxima edición de la JMJ se celebrará en 2027 en Seúl, Corea del Sur.
«Está bien que quieran cambiar el mundo, no tengan miedo», dijo el Papa, citando al beato Juan Pablo II, fundador de la JMJ. El Papa Francisco recordó a los jóvenes que son «el presente y el futuro de la Iglesia y de la humanidad», y les invitó a ser «protagonistas del cambio» con su testimonio y su alegría.
Francisco recordó las palabras del papa san Juan Pablo II en su primera JMJ: «Son los jóvenes, que la Iglesia y el mundo necesitan como la tierra necesita la lluvia». Y les animó a seguir el ejemplo de María, la madre de Jesús, que dijo «sí» al plan de Dios sin temor.
También les animó a ser «misioneros» y a llevar el Evangelio a todos los rincones del mundo, especialmente a los más necesitados. «No se queden en el sofá, salgan a las calles, a las plazas, a los lugares donde se encuentran las personas», les exhortó.
«Amigos, también nosotros necesitamos algún destello de luz para afrontar la oscuridad de la noche, los desafíos de la vida, los miedos que nos asaltan, las tinieblas que frecuentemente vemos a nuestro alrededor. El Evangelio nos revela que esta luz tiene un nombre. Sí, esta luz, que ha venido a iluminar el mundo, es Jesús», les dijo.
La JMJ fue una fiesta de fe, cultura y fraternidad que reunió a jóvenes de más de 180 países durante una semana. Los jóvenes participaron en diversas actividades, como catequesis, talleres, conciertos, festivales y obras de caridad. El Papa Francisco presidió varios actos centrales, como la acogida oficial, el Vía Crucis, la vigilia de oración y la misa final.
Este es un evento organizado por la Iglesia Católica cada tres años para promover el encuentro entre los jóvenes y el Papa. La primera edición se realizó en 1986 en Roma, y desde entonces se ha celebrado en diferentes ciudades del mundo.
