¿Gran logro del gobierno de Hugo Chávez o mero instrumento para conseguir votos y popularidad? Pese a las dudas sobre su gestión, los abundantes programas sociales impulsados en Venezuela lograron reducir la pobreza y serán mantenidos gane quien gane las presidenciales del 14 de abril.
«A mí no me cabe la menor duda de que un cierto cretinismo que tenía la política venezolana de voltear la mirada ante los principales problemas de la población se acabó. Ese es el gran legado de Chávez», declaró a la AFP Luis Pedro España, investigador y doctor en Sociología.
Desde 1999, el gobierno del fallecido Hugo Chávez alfabetizó adultos, multiplicó el número de jóvenes inscritos en la universidad, instauró la atención médica en paupérrimas barriadas, generalizó las pensiones para los ancianos, construyó casas o atendió los derechos indígenas.
Las llamadas «misiones» apuntalaron muchas de las victorias de Chávez en las urnas, estaban asociadas de forma indisoluble a su persona, financiadas por las ventas de petróleo venezolano e inspiradas en buena parte por el líder cubano Fidel Castro.
«El combate a la pobreza y la exclusión fue el primer punto de la agenda del presidente. La calidad de vida de muchos venezolanos mejoró y se sintieron dignificados como personas. Pero la gente no sentía que el Estado les daba, sino que Chávez les daba la pensión o la beca y eso es un destructor institucional tremendo», apuntó a la AFP la historiadora Margarita López Maya, autora del libro «Ideas para entender el socialismo del siglo XXI».
Las estadísticas oficiales aseguran que la pobreza en Venezuela se redujo a la mitad en los últimos 14 años y gira en torno a 29% de la población.
«Pero cuando uno compara los enormes recursos económicos con los que contó el gobierno con los resultados obtenidos está claro que se podría haber hecho más si hubiera habido una voluntad política continua y una mayor eficacia», subrayó a la AFP Marino Alvarado, responsable del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).
Según datos de Provea, los momentos en que más se redujo la pobreza en estos 14 años fue en 2005, entre el referéndum revocatorio en el que Chávez salió victorioso y las elecciones presidenciales de 2006, y antes de las elecciones presidenciales de octubre de 2012.
La voluntad de luchar contra la pobreza «siempre estuvo vinculada a las necesidades políticas del gobierno, que tenían que traducirse en votos», según Alvarado.
Para López Maya, la estrategia del gobierno ha sido doble: el compromiso social y el combate contra las desigualdades fueron sinceros, pero las misiones tenían como telón de fondo el deseo de «Chávez de quedarse en el poder para siempre».
«Las misiones son como un Estado paralelo, un proyecto personal de Chávez. Además, algunos elementos como el llamado ‘estado comunal’ son claramente cubanos y eso no tiene mucho asidero en la realidad venezolana», agregó esta experta.
Un estudio realizado por el centro de investigación venezolano Gumilla en 2011 entre los sectores populares de Venezuela concluyó que un 21% de los destinatarios de las misiones está muy satisfecho con ellas. Un 27% está «algo satisfecho», un 22%, poco satisfecho y casi un 28%, nada satisfecho.
Ahora la gran pregunta es cómo seguirán adelante estos programas sociales sin Chávez en el timón del barco y en un contexto de mayor déficit fiscal en Venezuela.
El candidato oficialista Nicolás Maduro y el opositor Henrique Capriles han asegurado que estos programas se mantendrán a partir del 14 de abril, pero los expertos subrayan la necesidad de institucionalizarlas, coordinarlas mejor con los poderes públicos y garantizar que podrán llegar a todos los venezolanos que lo necesiten, independientemente de quién ocupe el poder.
«La forma de gerencia tiene que cambiar porque ha sido muy voluntarista y poco transparente y eso sólo provoca ineficacia y corrupción», apuntó España.
«Creo que es mucho más fácil que las misiones se acaben si el chavismo sigue en el poder porque con el desorden del gasto público que tiene el gobierno será difícil mantenerlas», apuntó a la AFP Ramón Guillermo Aveledo, coordinador de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
En estos años, el propio Chávez se vio obligado a reconocer que algunos programas sociales se estaban desgastando o registraban fallos imperdonables. En 2009, el presidente criticó el abandono de más de 2.000 centros de Barrio Adentro, programa consagrado a brindar atención médica gracias a centenares de médicos cubanos.
«Nosotros no tenemos derecho a cansarnos ni a descuidarnos. Nuestro fracaso sería el fin de esta revolución», dijo Chávez en aquel momento.