¿Escribiente? Por: Carlos Mujica

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LECTURA

Usamos el participio activo del verbo escribir como título porque un escribiente es una persona que su función o trabajo es escribir. El escribiente sabe escribir, hace uso del conocimiento de la palabra como instrumento de trabajo y aunque el trabajo resulte bien no es un especialista en el uso del idioma. Por ejemplo, un escribiente escribe: “reunión a nivel regional y a nivel nacional”. Un escribidor de esos que se reconocen como intelectual, conocedor como debe ser del uso correcto de la palabra no le daría a la palabra “nivel” tan pobre actuación. Nivel es un instrumento de albañilería en la construcción; nivel puede usarse socialmente para referirse a mérito: se encuentra al mismo nivel de sus compañeros. Los estudios: nivel superior universitario; etc. Pero aplicar la misma palabra para referirse a una asociación, a una reunión, etc. No es resulta de lo más apropiado. La reunión es regional o es nacional, o es una reunión regional y nacional; el “nivel” sobra. El escribiente conoce y aplica muy bien su instrumento de trabajo que es la palabra. El escribidor o intelectual debe conocerla también muy bien, pero además ese conocimiento debe ser consciente y discernible. Debe saber o aprender a usar la palabra en su justo valor y el valor de la palabra está en su sentido, en su significación, en lo que etimológicamente debe decir la palabra.

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El escribidor y el escribiente hacen el mismo oficio: escribir. Son iguales: los dos conocen. Uno conoce, discierne y aplica y el otro conoce y aplica en su forma estructural el uso de la palabra. Pero uno no conoce de semántica y bien poco de sintaxis. El escribidor, para mí es aquel que en su lejano interior se lee para sí sus propios pensamientos y sus propias ideas. Y de la consciencia de esta realidad concluye con el uso acertado del recurso necesario en ese momento. La palabra exacta, pensada; la palabra que manifiesta lo que el espíritu demanda. Esa vapuleada estructura organizacional que va y viene en las bocas y en el cerebro de todos.

Un escribiente es, pues, un secretario, una secretaria que trabaja con las palabras como el panadero que trabaja con la harina, pero si no conoce el arte de elaborar el pan, aunque sepa amasar, su labor no será completa. Un escribiente es un especialista en eso de empezar y terminar una redacción: por ejemplo: Señor mío, Estimado señor, Muy señor nuestro, Distinguido caballero, Apreciable señorita. Y para terminar: De usted atentamente, etc. Un escribidor, especialista en nada, dice cosas como estas: “Pero desde el cauce de aquel río la verde caña, órgano de melodiosa armonía, dejó oír, por divina inspiración, un leve susurro entre ligeras brisas;”

En razón de usar las palabras somos escribientes. Cortazar llamó escribidor por escritor a ese individuo que usa la palabra porque este término es tan encantador como la cola desplegada del pavo real. Son cosas del ser humano y de su modo de proceder.

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