En el día del sorteo para definir el cuadro de individuales en Wimbledon, Billie Jean King y otras integrantes fundadoras de la gira profesional de tenis de mujeres se reunieron a unos ocho kilómetros, en un hotel de Londres, para conmemorar el 50mo aniversario de la reunión que derivó en que se formara la WTA.
Aquella fundación se derivó de lo frustrante que resultaba para las tenistas el recibir mucho menos paga en premios que los hombres. Y pese a todo el progreso que se ha logrado desde entonces en este ámbito, persiste un aspecto del tenis donde la equidad de género no está ni cerca de lograrse: el de los entrenadores.
De las 128 mujeres en el cuadro de individuales en Wimbledon, que concluye este fin de semana, sólo seis trabajan con una entrenadora, menos del 5%. En cambio, todos los entrenadores de hombres son hombres también.
“Es terrible, extremadamente decepcionante”, dijo King, integrante del Salón de la Fama del Tenis Internacional y defensora de la equidad de género, cuando The Associated Press le preguntó por la falta de entrenadoras. “Esto tiene que ver absolutamente con la sociedad. Tienes que verlo para creerlo. Si no ves a una mujer ahí como entrenadora, ni siquiera pasa por tu cerebro. ¿Cómo es que nosotras, las mejores jugadoras, los contratamos? Tenemos que resolver el problema”.
King y otras en este deporte consideran esto un reflejo de los mismos prejuicios arraigados que han impedido a las mujeres avanzar en otros ámbitos de la vida. Y la WTA realizará esfuerzos para cambiar la situación, mediante una iniciativa que coloque a las aspirantes a entrenadora con otros ya establecidos.
Sólo 13 de las tenistas que se ubican entre las 200 mejores del escalafón tienen una entrenadora, de acuerdo con la WTA. En cuatro de esos casos, se trata de su madre.
Es por ello que la WTA creó el Programa Inclusión de Entrenadoras, que está en su primer año tras un pequeño proyecto piloto lanzado en 2022. Diez solicitantes fueron elegidas para tomar clases y trabajar con entrenadores veteranos. Cinco entrenadoras trabajaron con otros colega y con jugadoras durante un torneo realizado en abril en Charleston, Carolina del Sur.
La idea consiste en añadir candidatas a la base de datos de la WTA, que se actualiza regularmente y que muestra a entrenadores certificados y elegibles. Esa información es parte de Player Zone, un recurso en línea que se ofrece a los deportistas.