El salario mínimo debería ser de al menos 208 dólares mensuales, según el experto Manuel Sutherland, pero advierte que ninguna remuneración será suficiente sin cambios.
El especialista destaca en una entrevista concedida a Banca y Negocios, que «es importante apoyar las propuestas del aumento salarial para mejorar las condiciones de vida de las bases obreras, pero también urge abordar los problemas estructurales de la economía que destruyeron el salario y la capacidad de compra de las personas».
«A lo largo del tiempo expertos han concordado en que ningún incremento salarial sería sostenible frente a la inflación sin cambios estructurales profundos en la economía del país que permitan aumentar la producción y la productividad», agrega.
En ese contexto, el también director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), hace una serie de planteamientos económicos y políticos que, a su juicio, sentarían las bases de un aumento salarial sostenible.
«La indexación del salario no es una de estas propuestas. En todo caso, el criterio base para fijar un salario mínimo vital es la canasta alimentaria familiar. Que es el equivalente mensual en dinero de lo que costaría alimentar a una familia de cinco miembros y el importe básico de subsistencia que incluye apenas las calorías mínimas que debería ingerir una familia», indica.
«De ahí parte una propuesta: realizar un promedio entre una media de la canasta alimentaria familiar, en este caso del Cendas, un ingreso mínimo para salir de la pobreza extrema, el 90% del salario mínimo en el sector privado y el promedio del salario mínimo en América Latina sin incluir a Venezuela», puntualizó.
Señaló que «eso daría como resultado inicial un salario mínimo de 208 dólares mensuales, que recogería una media de cuatro indicadores relativos a la economía laboral».
«Salario mínimo con acuerdo humanitario»
De acuerdo con el economista, la solución parte de la construcción urgente de un acuerdo humanitario integral. ¿En qué consistiría? En el desarrollo de un plan de estabilización macroeconómica participativo y consensuado.
Para ello, advierte Sutherland, las partes involucradas deben empequeñecer el conflicto político y ceder sus intereses en favor de las necesidades urgentes del país.
«El pacto debe contener los aspectos políticos, sociales, económicos y laborales esenciales para salir del estancamiento actual», sentenció.