La Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó hoy a los países de las Américas a incrementar el gasto en salud mental, que actualmente es solo del 3% del presupuesto total de salud en la Región, al 5% para hacer frente a la crisis de salud mental que se ha agudizado por la pandemia de COVID-19.
Según el informe, la pandemia ha tenido un impacto negativo en el bienestar emocional y psicosocial de millones de personas, especialmente de los grupos más vulnerables y afectados por la enfermedad, el aislamiento, el duelo y la pérdida de ingresos.
El informe también señala que hay una gran brecha de tratamiento para los trastornos mentales en la Región, que alcanza el 77,9% en América Latina y el Caribe, y que los servicios de salud mental siguen siendo insuficientes, fragmentados y centrados en los hospitales psiquiátricos.
«La salud mental es un derecho humano fundamental y un componente esencial de la salud pública. No podemos permitir que esta crisis se convierta en una tragedia silenciosa que afecte a generaciones enteras. Necesitamos invertir más y mejor en la prevención, la promoción y la atención de la salud mental, con un enfoque comunitario, integral y basado en evidencia», dijo el director de la OPS, Jarbas Barbosa.
La OPS recomienda a los países adoptar medidas urgentes para fortalecer los sistemas y servicios de salud mental, integrándolos en la atención primaria, ampliando la cobertura y el acceso a las intervenciones basadas en la comunidad, garantizando el respeto a los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental, y promoviendo la participación social y el empoderamiento de los usuarios y sus familias.
Asimismo, la OPS insta a los países a implementar las estrategias y planes regionales y mundiales sobre salud mental, así como las recomendaciones de la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19, creada por la OPS en mayo del 2022 con el fin de movilizar recursos políticos y financieros para abordar esta problemática.