Fue inaugurado el Laboratorio de Manufactura Flexible de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), primero en su estilo en universidades de Latinoamérica, donde alumnos de pregrado podrán obtener herramientas, de forma práctica, sobre procesos de producción.
De acuerdo con la información, el espacio consta de una línea de producción de 18 metros, movible y desarmable según sea el requerimiento. Asimismo, está dotado con el equipamiento y características necesarios para que los estudiantes de Ingeniería Industrial -y también de Administración- reciban conocimientos y herramientas en materia de procesos productivos y sus supervisiones.
Vanguardia tecnológica al servicio educativo
El laboratorio se compone de un sistema de llenado de envases, lo más usual en su tipo en la realidad empresarial. Contiene un sistema de control con videocámaras conectado por internet, lo que permite el manejo operativo a distancia y el desarrollo de sesiones de formación académica en modalidad híbrida -presencial y remota-. Como demostración, en el acto inaugural el botón de encendido fue presionado desde la sede UCAB Guayana, de la mano de la profesora Luisa Vera, directora de la Escuela de Ingeniería Industrial en esa extensión.
El rector de la UCAB, Arturo Peraza S.J., manifestó su orgullo y satisfacción de estar al frente de una casa de estudios que responde a las problemáticas del país y sus necesidades laborales. “Con la inauguración de este laboratorio, la universidad está dando la clave de lo que tenemos que hacer en el contexto país, no quedarnos en el problema, sino dar respuestas a los jóvenes, abrirles oportunidades, mostrándoles el país que queremos construir”, dijo.
Por su parte, Gustavo García, vicerrector administrativo de la UCAB, explicó que esta inauguración se enmarca en la visión estratégica de la universidad, que quiere mantener la formación de los estudiantes acorde a la entrada vertiginosa de la tecnología en las diferentes áreas de la ingeniería y su incidencia en la educación. “La asimilación de estas novedades, en las distintas disciplinas, implica un reto para todas las universidades del planeta porque esas tecnologías exigen revisar cómo se está enseñando la ingeniería y la evaluación de los recursos que están dispuestos para experimentar, con ánimos de formar un profesional que reconoce esa nueva tecnología disponible y que sabe trabajar con ella”.
En ese sentido, García ve en el Laboratorio de Manufactura Flexible un desarrollo “muy pertinente” en el contexto actual, en el que el diagnóstico y actualización de los procesos productivos se hace urgente. De hecho, anunció que la industria venezolana también se verá favorecida con la incorporación de este laboratorio. “Nuestra idea fundamental es, además, que este laboratorio podamos ponerlo al servicio de las necesidades de desarrollo tecnológico que tiene la industria nacional”.
Impacto directo y real en la formación: Así funciona
Joao De Gouveia, director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la UCAB (sede Caracas), quiere que la casa de estudios sea una referencia en materia tecnológica, al estilo del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Ve en la creación de este laboratorio un avance en este sueño. Destacó el progreso que representa la inclusión de la Internet en laboratorios de esta naturaleza para crear «un espacio vanguardista que trasciende lo físico y le da la bienvenida a la industria 4.0 al servicio de los estudiantes».
“Nos encontramos actualmente ante una industria 3.0 o de ‘tercera revolución industrial’ en términos físicos, con máquinas que combinan la electrónica, la mecánica, la neumática y la hidráulica, para generar movimientos autónomos. Estas máquinas han evolucionado tanto que ahora tienen la capacidad de conectarse al internet, el cual es el habilitador tecnológico que permite que la industria 3.0 esté en la nube y se transforme en industria 4.0. Y en la nube, sus posibilidades se vuelven infinitas”, destacó el ingeniero industrial.
Inspecciones remotas del proceso productivo, encendido y apagado de las máquinas, además de la verificación de fallas y de productos aptos y no aptos, entran dentro de estas posibilidades a realizar, in situ o a distancia.
Aprender haciendo: Formación transversal con otras carreras
De Gouveia precisó que lo que en la Facultad de Ingeniería ucabista se llama “manufactura flexible”, se refiere a la versatilidad del ser humano en su aprendizaje y a las posibilidades que tiene la línea de producción del laboratorio, que consiste en un sistema de llenado de envases con líquido.
“Más del 80% de las líneas de producción tienen que ver con algún tipo de llenado. Desde el punto de vista del producto, aquí hacemos poco. Desde el punto de vista del aprendizaje, hacemos mucho porque le estamos diciendo al ingeniero industrial que puede ver y comprobar, en la universidad y a escala, cómo es el proceso productivo con líneas de producción reales, más allá de la teoría. Con esto estamos pensando en la academia real, con objetos reales. No son vídeos, o libros, o algo escrito en la pizarra, es algo real. El estudiante tiene un impacto directo en su formación porque la hace; ahora sí estamos cumpliendo la competencia de ‘aprender haciendo’, donde el estudiante hace para aprender”.
La flexibilidad como concepto, agregó el profesor, también se asocia a la versatilidad de la maquinaria y sus componentes, para satisfacer las necesidades de enseñanza científica y técnica. «Como instructor y como alumno, estas líneas se pueden tanto adaptar como desarmar para fines académicos: yo puedo enseñar, por ejemplo, cátedras donde se revise la parte eléctrica o neumática que mueve esas máquinas, así como circuitos y motores que te dicen cómo funciona la máquina. Igual con cátedras de estaciones de trabajo, para cargar o descargar material. Es adaptable a cualquier necesidad de formación en Ingeniería».
Los estudiantes de Ingeniería Industrial podrán estar en contacto con este espacio desde su tercer semestre de carrera. Pero, además, el laboratorio fue concebido para que alumnos de otras titulaciones sean parte de la experiencia, específicamente los de Administración, desde su cuarto semestre. “Estamos hablando de procesos productivos, donde el ingeniero industrial es el técnico en el proceso productivo y el administrador es el que toma las decisiones como su supervisor. Ahora tenemos dos perfiles que van a hablar el mismo idioma, integrados y trabajando juntos en una práctica que te prepara para el mundo real”, explicó De Gouveia.