Un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (OVSAN) reveló que cerca del 40 % de las familias venezolanas tiene un consumo «muy pobre» de alimentos, lo que implica una situación de riesgo nutricional y sanitario.
El estudio, que se basó en una encuesta aplicada a más de 2 mil familias en 15 estados del país en diciembre de 2020, mostró que el 38.8 % de los hogares consultados estaban en el límite del consumo muy pobre, es decir, que no cubrían las necesidades básicas de calorías y nutrientes.
Asimismo, el estudio indicó que el 42.1 % de los venezolanos consultados por OVSAN estaban usando estrategias de afrontamiento para resolver la crisis alimentaria, tales como hacer una comida menos al día, poner menos porción en el plato o comprar y usar alimentos de menor calidad para rendir el dinero.
Alberto Rodríguez, representante de la ONG, alertó que un nuevo proceso inflacionario podría desatar una nueva crisis, ya que muchos venezolanos destinan más del 50 % de sus ingresos a la alimentación. «Estamos sobre una bomba de tiempo, el indicador no es bueno, es temible», dijo.
Rodríguez también calificó como dramática la situación del agua en el país, ya que solo el 55% de la población recibe agua por acueducto y de esta solo el 39% tiene el servicio todos los días. Además, el 65 % de los consultados manifestó que el agua que recibe tiene color, olor y sabor, lo que evidencia una falta de calidad y potabilidad.
El portavoz de OVSAN instó a las autoridades a tomar medidas urgentes para garantizar el derecho a la alimentación y al agua de los venezolanos, así como a permitir la entrada de ayuda humanitaria al país. «La situación es insostenible y requiere de una respuesta inmediata», concluyó.