«Que es una raya más para un tigre» Este refrán viene como anillo al dedo, a propósito de la patanería del Presidente Lula da Silva de lavarle la cara al régimen de Nicolás Maduro dónde una vez más, nos sorprenden las estrategias dictatoriales para perpetuarse en el poder, desde el mismísimo Foro de «Säu Paulo» en evidente concertación» entre el régimen de este con el brasileño, al declarar este último, que la tragedia política venezolana es una «narrativa construida»
«Yo he ido a países que no saben dónde queda Venezuela pero dicen que Venezuela tiene una dictadura. Nicolás Maduro, ustedes tienen que deconstruir esa narrativa (…)”.
Esa concepción política que tiene el presidente del Brasil es inaceptable, sólo desde el punto de vista de las violaciones de fundamentales Derechos Humanos, por los cuáles se procesa a Maduro en la «Corte Penal Internacional» a extremos, que la reacción internacional no se ha hecho esperar en la propia Cámara de Diputados del Brasil, mientras el ex presidente español Felipe González calificó como «blanqueo de la revolución bolivariana» y en nuestro país, Humberto Celli Gerbasi, del liderazgo histórico de Acción Democrática y expresidente del Parlamento Latino Americano, al instante propuso:
«Desenmascarar a Lula como lo que es al intentar subestimar o negar los asesinatos, torturas y presos políticos del régimen; para continuar moviéndose en las sombras como el tutor del oprobio que ha hecho huir y sufrir a millones de venezolanos. Debemos propiciar que se haga sentir el rechazo a tales posturas desde distintas partes del mundo. Invito a nuestros conciudadanos obligados a vivir en el extranjero a que propicien un rechazo mundial a Lula da Silva y a todos aquellos que presentándose como imparciales lo que desean es lavar las manos ensangrentadas del gobierno venezolano “
«Que es una raya más para el tigre» es un viejo refrán, que señala los errores presumidos en el felino, de cuyas astucias nos fabulara el larense Antonio Arráez y por cuyas reincidencia se delata, resultando como la rana «ensartado». Al respecto, el psicólogo Axel Capriles escribiría el ensayo:
«La picardía del venezolano o el triunfo de Tío Conejo» que se las gana al Tigre, explicando cómo la imaginaria popular nos proyecta el rol del pícaro y en su intento, la astucia en nuestra sociedad:
«Sin una tradición cultura que condujera al desarrollo de un Estado de Derecho, tras una larga historia de arbitrariedades y revoluciones al mando de caudillos autoritarios, el auge petrolero del siglo XX, en lugar de enriquecer a la población, debilitó al ciudadano y lo dejó desamparado frente a un aparato estatal hipertrofiado, extremadamente rico que opera a través de una administración burocrática ineficientes y caprichosa» — donde — agreguemos nosotros, abusa un liderazgo político despeinado que da luz verde a unos tigres de papel cómo Lula y Maduro.
Pues bien la rechazada jugarreta del presidente brasileño le ha pasado como a los drones rusos en Ucrania, más no en la Venezuela opositora que tiene tantas rayas según el citado refrán, ya no de un tigre, sino de un cunaguaro. «Tigre» fue el célebre político francés George Clemenceau para quién: «La debilidad sería complicidad. Nos mostraremos sin debilidad, y también sin violencia»…
En la fábula animal Venezuela se suma a las rayas del tigre. Otro refranes: «llevando más palo que gato ladrón» y la recordada interrogante de Juan Vicente Gómez… ¿qué culpa tiene la estaca, sí viene el sapo y se ensarta?
Jorge Ramos Guerra
