Desde finales de febrero de 2023, cientos de migrantes venezolanos estuvieron varados en la frontera entre Chile y Perú. Desde entonces, ambos países han tomado medidas para frenar la migración irregular. Sin embargo, esto no ha detenido que los migrantes sigan emprendiendo su viaje hacia la región andina.
Durante tres meses, los migrantes permanecieron en la zona sin ningún tipo de protección. Gema Cortés, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), señaló a DW que esta situación aumenta el riesgo de sufrir violencia, abuso y explotación en niños, niñas y adolescentes.
Amnistía Internacional señaló que los migrantes estuvieron «en una situación humanitaria crítica, sin alimentos, agua, alojamiento o asistencia sanitaria en el desierto conocido por sus condiciones extremas».
Los migrantes rechazados por Perú improvisaron campamentos en un punto intermedio entre ambos países, y otros regresaron a Arica, en Chile.
Desde entonces, algunos venezolanos han regresado a su país a través de vuelos de repatriación. France 24 reseñó que el 6 de mayo el gobierno venezolano envió un avión que aterrizó en la ciudad de Arica, a unos 2.000 kilómetros al norte de Santiago de Chile. Recogió a migrantes que estaban del lado chileno en el paso fronterizo de Chacalluta y a otro grupo en la ciudad peruana de Tacna.
“El anuncio de la llegada del avión fue recibido con escepticismo entre los venezolanos. Muchos de ellos no quieren regresar a su país, sino emigrar a otro destino. También hay colombianos y haitianos, para quienes todavía no hay solución”, indicó el medio.
El 22 de mayo, el viceministro de Relaciones Exteriores de Perú, Ignacio Higueras, y la subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, Gloria de la Fuente, indicaron que la situación de los migrantes varados en la frontera de ambos países ya fue superada.
«La forma como la situación ha ido mejorando en las últimas semanas en esa zona de frontera es una demostración de que las situaciones que se han ido viviendo han sido en gran medida superadas por un trabajo coordinado con Chile», indicó Higueras a la prensa, tras sostener un encuentro con De la Fuente.
Madison González, investigadora y especialista en la geografía de las migraciones, explicó que el movimiento seguirá en circulación hasta que las personas consideren dentro de Venezuela puedan satisfacer sus necesidades.
“Las personas migran en búsqueda de una mejor calidad de vida a pesar de que existan restricciones”, reiteró González.
Según González, Perú en principio entendía la migración venezolana como una migración mixta, porque llegaban personas desplazadas, solicitantes de asilo y retornados.
“Ahora, Perú y Chile entienden a la migración venezolana como personas desplazadas en el exterior, que necesitan apoyo y protección internacional pero que ellos no están en la capacidad de atender”, aseguró González.
Lo que ha pasado desde hace tres meses en la frontera chilena-peruana
El conflicto con los migrantes venezolanos en Tacna, región sureña de Perú que es fronteriza con Chile, inició a finales de febrero con la militarización de la frontera chilena con sus países vecinos, Perú y Bolivia.
Yahoo Noticias reseñó que en un intento por controlar el ingreso de migrantes por pasos no habilitados se tomó la medida por el aumento significativo de inmigrantes provenientes de países cercanos, especialmente de Venezuela.
A continuación, Runrun.es relata en una cronología lo que ocurrió en la frontera entre Chile y Perú desde la militarización de la zona:
González explicó que la presión de los migrantes tiene que ver con el derecho migratorio, la necesidad de los venezolanos de salir de su país para emigrar a otros países con oportunidades más estables.
“Golpes, violencia, militarización de la frontera como si fuera crimen no es la respuesta. Cuando lo que hacemos es luchar por nuestra vida, por garantizar nuestros derechos humanos, por buscar el derecho a tener acceso a alimentación, salud y educación. Estoy en contra de la militarización de las fronteras, de la restricción de los accesos en especial de personas que continúan viajando en una situación de vulnerabilidad y de vulneración de sus derechos humanos”, explicó la investigadora.
Lo que ocurre dentro de Perú y Chile
Gonzalez explicó que la situación para los migrantes venezolanos en Chile y Perú era diferente a lo que es hoy en día, casi 10 años después de que inició el movimiento migratorio venezolano hacia otros países de la región.
En el caso de Perú, debido al colapso del sistema económico, casi dos millones de venezolanos llegaron a ese país. Según González, esta nación tiene una economía informal, donde más de 50% se centra en actividades de agricultura y comercio informal.
“Esto favorece la marginación y marginalización de las personas, que se hayan incrementado los niveles de violencia no significa que sea consecuencia de la migración venezolana, sino de la crisis económica que agudizó la situación de Perú”, explicó la investigadora.
Según González, Chile tuvo políticas abiertas con los venezolanos inicialmente, pero debido a la gran cantidad de personas queriendo entrar, decidieron implementar visados para frenar la entrada de migrantes indocumentados.
“Estas naciones tienen el compromiso, y pactos firmados internacionalmente como la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados, de recibir a las personas que dentro de sus fronteras soliciten asilo”, reiteró la investigadora.
De acuerdo con González, los venezolanos no tienen la costumbre de solicitar asilo porque ese trámite limita el movimiento. “La forma de migrar de los venezolanos es ir a trabajar un poco, ver cómo les va. Si les queda bien y buscan la manera de regularizarse o trabajan informalmente, para ahorrar y enviar dinero a sus familias que están en situación de vulnerabilidad”, aseveró la especialista en geografía de migraciones.
Razones por las que los venezolanos seguirán migrando
La crisis económica, política y social de Venezuela no ha mejorado, según González. “Como esta situación no ha cambiado es crear burbujas económicas, no todo el mundo tiene acceso a servicios básicos como salud, educación, vivienda y servicios públicos. Las personas continúan saliendo por la frontera en búsqueda de satisfacer estas necesidades y mejor calidad de vida. Muchos son perseguidos”, dijo.
La investigadora reiteró que las causas o diversas causas de las salidas deben estar claras. Como las causas siguen ahí, la migración sigue, porque los derechos humanos aún no están garantizados.
González explicó que las medidas dictadas por Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional Para las Migraciones (OIM) y las Naciones Unidas son insuficientes para garantizar la integración en sociedades de acogida.
“Son políticas emergenciales que no tienen ninguna posibilidad de establecerse como política de Estado en estos países que reciben a venezolanos. Por ello, los venezolanos se convierten en un gasto y un problema por falta de políticas migratorias en los países destino”, reiteró.
Según González, la migración venezolana ha sido abrupta y sin planificación. Por ende, la perspectiva de los estados es que el grupo migratorio ha colapsado su sistema de salud y su sistema social básico , porque no estaban en la capacidad de recibir tanta gente y en general los países no tienen políticas migratorias de recepción.
“Por eso se reservan el derecho, a través del derecho internacional, de decidir quién entra y sale, quién es ciudadano y quién no. Por eso implementan estos instrumentos para limitar la circulación por su territorio”, dijo.
La especialista en geografía de migraciones indicó que cada país decidió pensar a la migración venezolana como una ola de refugiados, personas desplazadas y migrantes económicos sabiendo que esto es un compendio.
“No todo el mundo salió con la misma situación. Ningún país estaba preparado para recibir la cantidad de personas que estaban saliendo de Venezuela, las organizaciones internacionales, aunque han apoyado y seguido desde cerca lo que sucede con la situación venezolana, no tienen injerencia dentro de los estados, sólo son propositivas. En pocos países se han convertido en una política de estado”, aseguró González.