Actualmente se puede percibir una tímida reorganización de fuerzas por parte de las organizaciones con fines políticos, que son la alternativa democrática en Venezuela, quienes sobreviven en una pugna contada ya en décadas donde los errores pesan más que los aciertos, porque el adversario no es un contrincante común, ello dado que su naturaleza es de una simbiosis totalitaria que basa su existencia en ejercer el poder no para gobernar sino más bien en anular a sus contrincantes. Por tal motivo, quienes perviven como jugadores del tablero político en el país tienen en su forma de actuar el instinto de supervivencia activado; lo que implica un trabajo en lo político de muy baja intensidad, operando con cautela sin exponer sus recursos mientras los tiempos puedan avizorar menos peligro para su integridad física.
Lo que se traduce en actividades de baja intensidad que solo sirven para mantener afiliados sin posibilidad real de crecimiento, porque las acciones realizadas sin basamento en propuestas disruptivas que permitan soñar a la ciudadanía con soluciones a sus problemas, difícilmente pueden surgir en un ambiente pasivo, propio de un modo: “instinto de supervivencia” que limita todo crecimiento orgánico más allá de los seguidores en redes sociales. De igual forma, esta pasividad ejercida por los agentes con jurisdicción en la materia política se traslada de forma inconsciente a los demás aspectos de la vida social, porque la economía se va resintiendo al no prever una solución al problema central al mediano plazo reduciendo al mínimo las inversiones realizadas.
Por otra parte, como buen augurio no solo la quietud política de los agentes con legitimidad en la materia forma parte del panorama actual, también existe una operación táctica en curso que viene a representar una variable con peso en el sistema actual, como es la Comisión Nacional de Primarias; institución matriz que organizará las primarias de la alternativa democrática, cuyas normativas van hacer la base del objetivo perdido y nuevamente recuperado por la alternativa democrática para el retorno de la democracia al territorio nacional, porque el pensamiento idealista de las falsas premisas lanzó al vacío a quienes eran en su momento los responsables del cambio político, pero las elecciones primarias lograron encarrilar para bien de los venezolanos los liderazgos que resurjan del voto popular.
En resumen, la monotonía derivada de la quietud táctica puede jugar en contra de los intereses democráticos, porque el desánimo es fuerte cuando no existen incentivos que puedan ilusionar para la lucha en lo público, allí reside el error de quienes poseen responsabilidades políticas y por el miedo a la equivocación dejan baldío su terreno de acción, el cual los agentes libres del sistema tratarán de capitalizar, con candidaturas presidenciales que solo se alimentan con los deseos de cambio contenidos en una sociedad que demanda solución para sus problemas y que además ve como la raíz de todo deviene de lo político, porque es desde la presidencia de la república donde se reinicia el país que todos anhelan.
Finalmente, el proceso de primarias es un gran acierto de la alternativa democrática porque con ellas se retoma las aristas que más resultados positivos pueden generar en una lucha por el poder político como son; la institucionalidad orgánica basada en normas surgidas del consenso y representadas por la Comisión Nacional de Primarias, así como también el trazar objetivos realistas comunes para la toma del poder político donde el voto surge de nuevo como el arma de mayor intensidad que la civilización posmoderna posee, porque los totalitarismos le temen al sufragio así como les da fobia el poder social derivado del mismo, cuando la ciudadanía se desborda en todo su esplendor; participando en la construcción de lo que le es suyo, la república que la ideología jamás podrá gobernar.
Eduin Adjunta
@adjunta90