La agrupación argentina Timbre 4 repite en el Festival Internacional de Teatro de Caracas 2013 con la obra El viento en un violín, escrita y dirigida por Claudio Tolcachir, funciones abiertas hasta el 28 de marzo en el Teatro de Chacao, Caracas.
El año pasado su propuesta teatral fue una de las más elogiadas, que conquistó por su sencillez escénica, y además puso a reflexionar al público con un texto existencial. Historias que no importa dónde sean representadas, siempre tocará a los espectadores, porque el ser humano es complicado de naturaleza.
En esta oportunidad regresan con una historia de dos familias, una de clase alta, y la otra muy pobre, que por cuestiones laborales se cruzan en el mismo camino. «Ambas familias están en la búsqueda de la felicidad, quieren realizar sus sueños y luchar por ellos. Para representarla no se usa un espacio real, sino es mezclado», explicó Gonzalo Córdoba, integrante de Timbre 4.
Diferencia
Con más de 20 distinciones, y presentaciones en más de 30 festivales internacionales, el creador argentino Claudio Tolcachir, basa su trabajo en una ruptura del espacio escénico, y se apoya en las actuaciones, en el eje espacio-tiempo, como unidad convencional que se quiebra dando paso a una homologación de situaciones diversas que conviven en un mismo espacio, un espacio que es uno y muchos a la vez.
La pieza es protagonizada por Araceli Dvoskin, Miriam Odorico, Inda Lavalle, Lautaro Perotti, Paula Ransenberg y Gonzalo Ruiz. Conversamos con el productor Jonathan Zak y el asistente de escena y escenógrafo Gonzalo Córdoba, quienes hablaron del trabajo de Timbre 4.
Enfatizaron que la agrupación se adapta a lo que haya, a lo que le pide la obra. Para los festivales viajan sin nada, toda la escenografía la mandan a pedir al país donde se van a presentar, por eso, en esta oportunidad será una cama venezolana y demás cosas de utilería con nuestro sello.
Sobre las producciones y costos, comentaron que tratan de que las piezas se «acerquen a cero» en el presupuesto, porque para ellos lo más importante es el texto y las actuaciones, no el decorado, que son cosas fáciles de conseguir en cualquier lugar donde se presenten, «y cuando hay pocos recursos la creatividad es más», acotó Córdoba.
Tolcachir incursionó en la dramaturgia con la multipremiada obra La Omisión de la Familia Coleman, luego escribió y dirigió Tercer Cuerpo (que se presentó el año pasado en Venezuela), junto a El viento en un violín, con la que viene a concluir una suerte de trilogía que explora las relaciones sociales y familiares.
Cabe destacar que este espectáculo contó con la coproducción del Festival d’Automne de París, Tempo_Festival das Artes, el Festival Internacional Santiago a Mil y la Maison des Arts de Creteil, con el apoyo del fondo Iberescena de apoyo a la creación.
Fotos: Cortesía obra
