Con los auspicios del Ministerio de la Cultura el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas ha abierto una exposición del pintor y escultor español Pablo Picasso, con motivo de la conmemoración de los 50 años de su muerte. La muestra recoge apenas 46 de su prolija obra, fundamentalmente en la corriente del cubismo por la que es ampliamente conocido.
Cuando se nombra a Picasso nos asaltan las más variadas sensaciones. Picasso es sinónimo de: creación, locura, genio, machismo, casanova sexual, neuroticismo, polémica y transformación.
Los cambios del conocimiento
Nacido en 1881, durante la etapa previa y pos Primera Guerra Mundial del siglo XX. Este es un tiempo signado por un conjunto de transformaciones en los diversos órdenes de la vida del hombre desde las esferas de la ciencia, técnica y el arte.
Por ende, principia su vida y obra en una época de radicales y determinantes cambios en la continuación de la modernidad, que se gesta en Europa a partir del Renacimiento hasta llegar a los siglos XIX y XX
Son muy variados los aportes de aquella revolución en el campo del conocimiento. Estábamos en los tiempos previos a la Primera Guerra Mundial en que irrumpen la teoría de la relatividad de judío Albert Einstein, la teoría del sicoanálisis de Freud, las investigaciones sobre el átomo y el arte pictórico del abstraccionismos del ruso Kandinski con sus diversos ismos.
Se trata del descubrimiento de una nueva realidad que amerita su abordaje desde otro enfoque. Es la presencia otra vez de la eterna lucha entre lo viejo y lo nuevo.
En consecuencia, esa otra realidad no puede expresarse de forma confesional o a la antigua. El nuevo arte, cuya raíz es el impresionismo, rebasa el sentido de la vista para percibir y comunicar. Hechos que estremecen a la figuración y el realismo.
Es el mutante contexto donde se desarrolla Picasso, quien de inmediato se identifica con él mismo.
La deformación de la realidad
El español hizo arte realista y de otras corrientes. Un ejemplo es aquel magnífico cuadro de la joven pareja pintado con colores primarios, remarcación de las líneas y despojado de perspectiva, la cual evade de exprofeso. Luego se decide por el abstraccionismo en la corriente del cubismo en contradicción con la realidad.
Así un retrato lo concibe con un solo ojo y manos con dedos alargados sin la confesional delicadeza estética a que estamos acostumbrados.
Si bien el cubismo no deja del todo de representar la realidad, lo efectúa de manera deformada. Picasso no visualiza exactamente lo que ve si no que cree ver o sabe. Es arte pictórico que trasciende el expresionismo en que priva la carga subjetiva del artista para derivar, a nuestro parecer, hacia una hipersubjetividad.
En esa competencia de los ismos, en que derivó al comienzo del siglo XX el abstraccionismo, Picasso se decide por el cubismo quebrantando los principios pictóricos vigentes. Uno de sus osados ademanes es el de la ausencia en sus cuadros de profundidad. Ello por supuesto en contrario a lo que ocurría con el artista en la Edad Media cuando no tenía libertad para expresarse en sus creaciones. En Picasso ocurre al revés y es signo de rebeldía ante lo ya tradicional.
Pero tiene el valor de expresar siempre su tiempo histórico concreto como lo evidencia Picasso en su obra de denuncia sociopolítica Guernica, su condena y rechazo a la Guerra civil española. Presenta el deseado momento temporal que expresa según su singular concepción del arte en que imperan: los cubos distorsionantes, lo geométrico que anula lo real y la forma sustituidora del color.
Pablo Picasso y la obra de un genio fallecido el 9 de abril de 1975 que nos visita con su arte cubista. Uno de esos hombres que no nacen todos los días por sus titánicas contribuciones a la historia del arte y la humanidad.
Freddy Torrealba Z.
Twitter: @freddytorreal11