Hace más de cuarenta y dos años que tomé la defensa de la caficultura nacional, sin pensar lucrarme de esta actividad, lo hice cuando constaté, el sistema prehistórico de vida que aniquila la producción cafetalera venezolana, que otrora llevó al país a la cúspide del mundo cuando a la finca Covalonga, se le reconoció que producía el “MEJOR CAFÉ DEL MUNDO” y, éramos el segundo país exportador de café; la pobreza crítica, en un deslave inmisericorde ocasionado por el sufrimiento que estoicamente vienen soportando las familias productoras de la noble cereza, han depredado zonas de alta fragilidad ecológica, reservorios de la fauna y la flora endémica que está en peligro de extinción, actitud desesperada que han tomado para sembrar maíz y caraotas tan sólo, para tener con que mitigar el hambre, todo causado por los precios viles impuesto a su trabajo, esfuerzo, tesón perseverancia e inversión.
Esta situación también me llevó a tratar de contribuir con la preservación del ambiente, de las nacientes de agua dulce en un país que es el séptimo reservorio del vital líquido en tiempos en los cuales se ha anunciado que las próximas guerras serán por su posesión y donde son notorias las cotidianas protestas de los ciudadanos, tratando de ejercer su derecho al agua, como “Derecho Humano Fundamental”, que es.
Celebremos juntos la belleza del planeta que llamamos hogar. Una oportunidad más para recordarnos que nuestro compromiso debe ser constante y que nuestra elección marca la diferencia.
Abril es el Mes de la Tierra y el 22 de abril se celebra como el Día Internacional de la Tierra en particular. Si bien el compromiso de proteger el planeta debe ser continuo durante todo el año, el establecimiento del Mes y Día de la Tierra, o una ocasión específica para homenajear la Tierra, ha contribuido de manera decisiva a difundir los valores de la sostenibilidad ambiental.
Para poder celebrar es nuestro deber recordar que el medio ambiente se protege con gestos concretos: del gobierno, de las empresas y de los ciudadanos, las opciones de producción o compra son fundamentales para establecer un modelo económico regenerativo para el planeta.
¿Cómo nació el Día de la Tierra? De primavera silenciosa al 22 de abril.
La idea de celebrar un Día de la Tierra se originó en los Estados Unidos a principios de la década de 1960. En 1962, Rachel Carson publicó Silent Spring, el primer manifiesto de la ecología: en este ensayo, los campos de primavera se definieron como silenciosos porque el uso de pesticidas en la agricultura había ahuyentado a los insectos y las aves…
¡Silenciando las voces de la naturaleza!
Al cabo de un mes y un día después del equinoccio, o el 22 de abril, El gobierno de Estados Unidos se movilizó y en 1970 estableció que las celebraciones oficiales del Día de la Tierra se efectuarían el 22 de abril.
Desde entonces, la importancia del Día de la Tierra ha crecido para transformar esta ocasión en una celebración global de la belleza del Planeta.
¡Razón por la cual, más que el Día de la Tierra debemos celebrar el Mes de la Tierra!
Por tanto, se desarrolló un movimiento que celebró el Día de la Tierra el 22 de abril, con motivo del equinoccio de primavera en el hemisferio norte, el punto de equilibrio entre la noche y el día. En 1969, el activista John McDonnell propuso a la UNESCO incluir este aniversario en su calendario.
Es fundamental recordar que el medio ambiente se protege todos los días, con gestos concretos. Por ejemplo, los hábitos de compra de cada uno de nosotros, los entes gubernamentales, las empresas, hasta los ciudadanos, tienen un impacto tremendo.
Partiendo de la dieta, es preferible seguir una dieta vegetariana o con un consumo limitado
De carnes rojas, y elegir alimentos que protejan la biodiversidad.
Se debe seleccionar ingredientes de excelente calidad, eligiéndolos respetando la biodiversidad y dando prioridad los de origen natural, eco certificados u orgánicos.
Las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se encuentran entre las principales causas del cambio climático.
Cada uno de nosotros puede contribuir a reducir nuestro impacto de una forma muy sencilla: en primer lugar, eligiendo proveedores de energía verde. En muchas zonas de los países desarrollados se están utilizando fuentes de energía renovable como el sol, el viento o el agua. Al respecto debemos consultar para obtener más información sobre cómo cambiar a fuentes de energía más respetuosas con el medio ambiente.
La transición energética es uno de los pasos más importantes en la lucha contra el cambio climático… ¡Y, es muy importante que todos avancemos juntos en esta dirección!
¿Quieres formar parte del equipo dispuesto a salvar a nuestra Madre Tierra?
Fuente https://davines.esEs una forma de agradecer a nuestra “PACHAMAMA” (“Pacha” significa universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que “Mama” es madre) … a la Madre Tierra, por las cosechas y el buen tiempo, por los animales y la abundancia del suelo.
Maximiliano Pérez Apóstol