Hay un refrán indio que dice así: “Ningún árbol tiene ramas tan estúpidas para luchar entre sí”, no sé si este refrán es una predicción vivaz, pero se parece mucho a lo que vivimos hoy en Venezuela, el gobierno en vez de corregir los tantos errores están dándose ramalazos entre si y la oposición como buenos copiones en el mismo tono, como una curva de trescientos sesenta grados, o sea quedan en el mismo sitio y la población en espera de una buena solución que nunca llega ni llegara, mientras se esté haciendo lo mismo todos seguimos igual, el país todo vejado viviendo una incertidumbre dime que te diré pero sin ninguna solución que devuelva la confianza y el ánimo para la reconstrucción de la patria, hacerla crecer de forma positiva, estimular y respetar al que desea invertir, producir y compartir como es el deseo de los agricultores, ganaderos, industrias de transporte y constructores que generan empleos, pagan imposiciones y producen lo más sagrado del mundo que es la alimentación sin preguntar quién o quienes consumirán lo que se produce ni preguntan su religión color o partido al que pertenecen y la recompensa es la negación de todos los insumos que necesita un productor pequeño, mediano o grande, todos tenemos que producir por medio de la voluntad de un hacedor con ideas sanas que alimente el espíritu y no la ley del menor esfuerzo hoy más de modo contrario y raspándose lo que no es suyo, porque no apostamos a un gobernante como el presidente del Salvador Bukele o el presidente de Singapur que Dios los proteja.
El poder del amor impregna a todas las personas, todos los lugares y todas las cosas del planeta, por ello invito con el mejor respeto a reforzar el amor por nuestra patria, como una madre dolida golpeada por sus hijos y en espera de que sus amados hijos recuerden con amor y arrepentimiento que una madre es para amarla, quererla mucho y respetarla y no caerle a patadas y descrédito, que el Espíritu Santo nos devuelva con creces y conduzca por buen camino todos estos desviados que se dan vida a costa del hambre de tanto profesional y gente inocente que entregan sus vidas educando personas con amor y pasión, hoy bajo limitación y carencia entre las víctimas de las ideologías desviadas.
Leí por ahí una lamentable noticia donde denuncian muchas familias que no pueden enviar a sus hijos a la escuela porque no pueden darle el desayuno, mucho menos el almuerzo y cena; será posible que para nadie es un secreto que esta patria es la más rica del planeta, esto si es un pecado que un once por ciento entre niños de 5 años sufren de desnutrición, que el bolívar se devaluó en el primer trimestre del 2023 en un 28%, esto es casi imposible pero es cierto en una nación rica, según los analistas nuestro país es el segundo más pobre del planeta y está a punto de ganar el primer puesto, todo esto es doloroso y afecta el ánimo, desilusiona y desmotiva, pero debemos reforzar la fe y optimismo para no caer en depresión y buscar lo mejor para todos.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Duran