Es asumirla de manera protagónica: Barquisimeto, mi ciudad. Apremia un despertar colectivo, asegura Milagros Gómez de Blavia, y construir una capital amistosa desde sus calles y espacios de encuentro, con el aporte de todos sus actores.
En 2012, en el marco del 460º aniversario de la ciudad, la máxima autoridad del municipio Iribarren, inauguró dos plazas de encuentro: Los Abuelos y La Revolución. La primera con miras a beneficiar a residentes de Patarata I y II, Bararida I y II, El Ujano y complejos residenciales construidos al margen de la Av. Libertador; la segunda, para ofrecer al centenar de parroquianos de Concepción y Unión, que avanzan al trote por el canal exclusivo de Transbarca hasta el monumento El Obelisco, un espacio para ejercitarse sin costo alguno.
Su mantenimiento y cuidado es responsabilidad compartida: 50% municipalidad, 50% ciudadanía.
Es común exigir a las autoridades el reparo de espacios públicos, no así promover la responsabilidad y sentido de pertenencia en citadinos.
Rescate de espacios
Es oportuno tensar la cuerda del lado contrario.
Paredes rayadas, cestas de basura dañadas, y hasta plantas sembradas robadas, son faltas en la que incurren una minoría de la población en menoscabo de la ciudad.
“Es un tema de sentido de pertenencia y de conciencia ciudadana, de la cual poco se habla en Barquisimeto.
En la medida que tengamos ciudadanos responsables y que sientan cariño por Barquisimeto, en esa medida los espacios públicos permanecerán aptos para su uso. De lo contrario, cada vez que una empresa privada, pública y el Estado habiliten un área, rápidamente será maltratada por sus usuarios”.
Así declaró la comunicadora y abogada, Milagros Gómez de Blavia, quien hizo comparación con el municipio Chacao de la capital del país.
“En el lugar dan ejemplo de recuperación de espacios públicos. Se ha consolidado una alianza entre ciudadanos y autoridades, para programar actividades y ocupar áreas tomadas para delinquir.
El mantenimiento y limpieza es una responsabilidad asumida por todos los que habitan en la zona, por eso todo funciona”.
Parque Ezequibo
Estimado lector, suprima de la cuadrícula municipal el desbarajuste protagonizado por conductores y transportistas, comerciantes en puestos improvisados, y se encontrará con una ciudad que se puede disfrutar desde sus espacios públicos, escenarios para el encuentro y recreación.
Tal es el caso del Parque Ezequibo, recuperado hace seis años por vecinos de la Urb. Del Este.
Antes era espacio dominado por la delincuencia organizada, hoy es lugar para el deporte y actividades que promueven la cultura de la vida. La labor de Iraima Rincones ha sido fundamental en este proceso de transformación.
“Hacemos lo posible por mantener todo limpio. De hecho el jardinero de uno de los edificios de la zona nos colabora con el corte de la maleza y entre todos cancelamos su servicio. Hemos sembrado plantas y hemos hecho vendimias para recoger fondos”, declaró.