A todas, ¡DIOS les bendiga!
Mujeres profesionales, que diariamente salen bien arregladas, pero que su trabajo en la calle no se compara con las responsabilidades del hogar. Pero igual, lo hacen de manera excelente en ambos frentes de batalla, por cuanto reciben la ayuda de nuestro amoroso y poderoso Dios, aún, sin darse cuenta. Otras, que tal vez no tengan un título universitario, pero seguro están calificadas para desempeñar más de un oficio, que si se le remunerara por especialidad cobrarían una fortuna. Son choferesas, jardineras, consejeras familiares, personal de limpieza, ama de llaves, cocineras, niñeras, costureras, puericultoras, contables, secretarias, diseñadores de interiores, dietistas, relacionistas públicas, novias, esposas y amantes.
Esa madre, dice Dios. “Será como vid llena de uvas; tus hijos serán como matas de olivo alrededor de tu mesa.”Salmo.123:3. “Los bebés son como pequeños brotes verdes recién salidos de la tierra. Crecen como las plantas: primero un tallo, luego una hoja, después otra… Pronto maduran y empiezan a florecer. Y el ciclo se repite cuando tienen sus propios hijos” Richard O’Ffill. Madres virtuosas. Por cuanto su virtud se fundamenta en hacer lo que Dios espera de los que serán salvos. Que aún sin conocer mucho de Cristo, realizan la labor que nuestro Señor avala. La cual se convierte, en condición para ser uno de sus elegidos. Y así optar a estar con él por la eternidad en el Reino por venir.
Cuenta O’Ffill, que un niño debía presentar una parte en La Escuela Sabática, en su iglesia. Se celebraba el Día de la Madre. Cuando le tocó el turno, se le olvidó lo que debía decir. Él miraba a su mamá y esta le hacía señas y gestos con la boca. Trataba de recordarle lo que debía decir, pero sin resultados. El niño quedó en blanco. Finamente, la madre se le acercó al oído y le susurra “Yo soy la luz del mundo”. El niño sonrió y con gran sentimiento y una voz clara y fuerte gritó: !!Mi mamá es la luz del mundo!! Sí, créalo, Ud. es la luz de la vida de sus hijos. Si es madre o padre, Ud. para ellos está en el lugar de Dios.
“Con frecuencia le parece a la madre que su trabajo es un servicio sin importancia, una obra que rara vez se aprecia y que los demás saben muy poco de sus muchas cuitas y ocupaciones. Si bien sus días están ocupados con una larga lista de pequeños deberes, todos los cuales exigen esfuerzos pacientes, dominio propio, tacto, sabiduría y amor abnegado, ella no puede jactarse de haber realizado algo grande. Tan solo ha logrado que las cosas del hogar marchen suavemente. A menudo cansada y perpleja, ha procurado hablar bondadosamente a los niños, mantenerlos ocupados y felices, guiando sus piecitos en la buena senda. Y le parece que no logró nada. Pero no es así. Los ángeles celestiales observan a la madre agobiada, y toman nota de la carga que lleva día tras día. Tal vez su nombre no haya sido oído en el mundo, pero está escrito en el libro de la vida del Cordero” Libro El hogar cristiano. White Elena.
No sé cuánto vale una piedra preciosa. Un diamante, un rubí o un zafiro azul. Su valor en dinero sólo los expertos saben. Lo cierto es que el ser humano, desde que entró el pecado en su vida, siempre ha sentido devoción y dotado de misticismo las piedras preciosas. La compleja constitución mineral, colorido, tallado y forma, le dan un valor material, cuyo costo, no imaginamos.
No en vano dijo Dios de Uds., madres abnegadas, cuyo amor es el más perecido al amor de Dios. “Su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas”Prov.31:10. ¿Qué les parece? ¡Hasta el martes, Dios mediante! Próximo título: “Monseñor Ramos e Ylidio Da Silva” “La existencia de la Biblia como un libro para el pueblo, es el beneficio más grande que la raza humana ha experimentado” Conde León Tolstoy. Eminente escritor ruso. [email protected]
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