Trabajo de www.radiofeyalegrianoticias.com
Susana Reina, directora y fundadora de la organización Feminismo INC, aseguró que la autonomía de las mujeres en Venezuela está muy comprometida por el entorno.
“Vemos con muchísimo dolor como montones de mujeres venezolanas que trabajan, luego tienen que entregar ese dinero a la pareja, o a la familia. Son las últimas que deciden en qué se gasta ese dinero porque siempre hay una emergencia, una premura, nunca alcanza para nada”, expresó Reina este lunes 20 de marzo al programa Háblame Bajito, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias.
Indicó que además las mujeres tienen una propensión de “ponerse de última en la fila.”
“Es decir, nosotras siempre vamos de última para el médico, comemos de última. Te aseguro que más de una mujer ha comido frío, parada, cuando todo el mundo terminó de comer, a veces ni le alcanza. Pero esa es la idea: que las mujeres somos las cuidadoras”, explicó Susana Reina.
Argumentó que viendo la situación desde esa perspectiva, probablemente se llegue a la conclusión de que la mujer no tiene autonomía, la cual es muy importante para escapar a veces de círculos de violencia, o para que la mujer tenga su propio espacio de poder.
En ese sentido, resaltó que la autonomía no se puede garantizar en contextos de pobreza. “Es todo lo contrario. A lo mejor una mujer que trabaja y tiene un sueldo, pero la asaltan en la esquina, o ese salario que tiene la inflación se lo come. Es irrisorio hablar de autonomía en medio de este contexto que nos ha tocado vivir”, dijo la fundadora de Feminismo INC refiriéndose a Venezuela.
¿Está mal ser cuidadora?
Sobre la creencia de que las mujeres son las que deben dedicarse a los cuidados del hogar por el simple hecho de serlo, declaró que eso les perjudica y aseguró que es un trabajo no remunerado, no agradecido, no valorado socialmente y se vende como si fuera “amor y servicio”.
Enfatizó que no está mal ser una mujer que se dedica al cuidado del hogar, pero insistió que es una tarea que debe de darse otro significado, que sea una tarea compartida.
“Es un tema de corresponsabilidad porque la casa es de todos. No puede ser que la señora que además trabaja en la calle tiene que llegar a hacer tareas, a lavar la ropa, a hacer la comida y planchar”, sentenció.
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