El mejor regalo que recibimos es la vida, todo depende de nosotros si le ponemos amor y voluntad para enriquecer tan preciado regalo, por ello hay que vivir a cualquier costo con amor y paz aplaudir la esperanza y convivir con alegría, bueno esa es la aspiración de un altísimo porcentaje de los venezolanos y de las personas que habitamos esta tierra, de la gente buena que aun todavía hay en abundancia y no piensan en otra cosa que ser creativos, trabajadores honestos y ciudadanos ejemplares que vinieron a esta vida a ser útiles y sin perjudicar a nadie con cordura y sensatez que marcan un camino o huellas en positivo donde no se le de paso al fracaso ni a la desesperanza, por ello la invitación a todos los mal aconsejados de que estamos dotados de la nación más rica y linda del planeta y unidos debemos multiplicar todas estas bondades que cuánto desearían tenerla los demás, así como deberíamos hacernos una pregunta ¿será que en nuestra nación la riqueza vino como un castigo y no para disfrutarla junto a todos como lo manda la ley? lo que se está viviendo es como si fuese un padre rico con hijos pobres y hambrientos, esto no requiere de mucho talento para darse cuenta, debe ser lo contrario, primero lo nuestro y siempre los nuestros que están bajo nuestra responsabilidad y no andar regalando o botando lo que le corresponde a tantos conciudadanos que anda en la miseria por falta de una buena dirección, escasez de empleos por quiebras y cierre de empresas o compañías cerradas por malas políticas económicas e ideologías desviadas que jamás en el mundo han dado pie con bola.
Se dice que ante la avaricia viene la ruina, roguemos que este no sea nuestro caso porque nuestra fe, optimismo y la esperanza me dice que pronto otro gallo cantará y todos unidos por causas nobles y con inclusión esta bendita nación tomara su rumbo y se multiplicará por millones lo que se ha perdido, por ejemplo y en nombre del Espíritu Santo que los casi cuatro millones de barriles de petróleo que se producían hace veinte (20) años atrás sean multiplicados por veinte, que las Industrias Básicas de Guayana funcionen a millón por nombrar unas muestras, El Central Azucarero, el comercio, la construcción, la ganadería, la agricultura, el transporte y todo lo que se desapareció vuelva con creces a generar empleo, bienestar y sobre todo a las centros de estudios con una educación de primera línea y con alto respeto a los educadores.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Duran