El plan se dejó escrito para que nadie tuviera dudas a futuro: “Formación integral de técnicos medios a través de un plan de estudio basado en la investigación teórica-práctica y la producción agrícola y pecuaria, con el propósito de egresar mano de obra calificada en la localidad para su inserción en el trabajo productivo, elevando la calidad de vida del egresado y su entorno”.
Para cumplir con esa misión, hace 32 años abrió sus puertas en el caserío Las Velas, municipio Peña del estado Yaracuy, a poca distancia de Yaritagua, la Escuela Técnica y Agrícola José A. González.
Desde su inicio hubo mucho interés por los jóvenes, no sólo de Las Velas sino también de otras comunidades como Arenales, Yumarito, Los Tubos, La Piedra, Patiecito, Sabanita, Cinco Casas, Siete Casas y El Palmar, entre otros, incluso de Yaritagua, para ingresar en la institución donde aprenderían una profesión digna en materia agrícola y pecuaria.
Pero, lamentablemente, aquella escuela que hoy día cuenta con una matrícula de 549 alumnos, dejó de recibir el necesario apoyo por parte de los gobiernos nacional y regional y poco a poco fueron deteriorándose sus instalaciones en detrimento de la misión para la que fue creada.
Este jueves se realizó, debajo de unos árboles de mango, en el patio de una casa, una masiva asamblea de docentes, padres, representantes y estudiantes, para, una vez más, analizar la situación y definir las acciones a tomar en busca de atención.
La directora, profesora Yamilex Galíndez, pidió la colaboración de los padres y representantes para mantener la disciplina entre el alumnado por cuanto, ante la falta de espacio físico, las clases deben impartirlas en casas de familia convertidas en improvisados salones.
Allí hablaron algunos representantes, entre ellos Mariaxy Valdivieso, quien expuso los problemas más graves como el de los techos de asbesto que aún existen a pesar de estar prohibido por sus negativos efectos entre los humanos.
“Aquí no pueden estar los profesores ni los alumnos porque el polvillo que sale de esos techos tan viejos provoca enfermedades de la piel, respiratorios y hasta cáncer, como ha sido comprobado ya”, dijo Valdivieso.
“Estamos regados por varias partes, en casas de familias, no aguantamos el calor, hasta en una hacienda, la San Nicolás, recibimos clases; nos faltan pupitres y esto no podemos aguantarlo más”, manifestó Yonaiker Briceño, estudiante de quinto año de Agrícola.
Le respaldó en su planteamiento Elvis Díaz, presidente del centro de estudiantes, quien agregó el problema de los salones, la mayoría de los cuales no están aptos para dar clases pues los techos de asbesto presentan grietas o huecos y no disponen de alumbrado.
Pero más claro en su denuncia fue Carlos Parra, conocido como “El Pelón”, miembro del consejo comunal, de la asociación civil y representante en la escuela.
“Aquí vino el gobernador Julio León Heredia hace cuatro años a traernos una cocina y nos dijo que a la mayor brevedad posible ordenaría el cambio de los techos de asbesto, pero todavía estamos esperando cumpla la promesa”, enfatizó “El Pelón”.
Dijo que también les visitó la diputada Shirley Romero, presidenta del CLEY e igualmente no ha hecho nada por la institución.
“Seguimos olvidados”, dijo con desaliento.