Piero Trepiccione, destacado politólogo y profesor universitario, quien a menudo es consultado por los periodistas, proviene de un hogar de inmigrantes; pero, se siente profundamente orgulloso de ser tocuyano.
Este profesional fue el invitado del Foro-Desayuno de EL IMPULSO y durante casi dos horas dialogó con el Director de este diario, arquitecto Juan Manuel Carmona; los jefes de Redacción e Información, José Ángel Ocanto y Violeta Villar Liste, respectivamente; Maevy Cordero, coordinadora de la página web; Mariana Anzalone, redactora; y quien suscribe esta reseña.
Su padre, Gaetano, quien fue sastre y montó en El Tocuyo la sastrería Roma, casó en 1958 con Teresina, una campesina y ama de casa, en el comune (municipio) Dragones, en la jurisdicción de Nápoles, Italia. Al año siguiente se vino a Venezuela con un insignificante equipaje: una maleta con ligero peso.
Dos años después, en 1961, se vino Teresina y la pareja tuvo tres varones: Francisco, Bruno y Piero. Jacqueline es la hermana.
“Ya los primeros están fallecidos”, dice con pesar. “Francisco murió en un accidente de tránsito y Bruno a manos de la delincuencia”.
-¿Por qué escogieron El Tocuyo?
-Aquí estaba una hermana de mi mamá, María, quien se había venido por la política inmigratoria venezolana que, en aquel entonces, propiciaba el ingreso de europeos.
Quienes han emigrado no han sido acogidos de la misma manera que fueron acogidos los que llegaron a Venezuela, sostiene.
Piero relata una anécdota de sus padres cuando éstos eran muy jóvenes, en plena segunda guerra mundial.
Debido a la hambruna que había en Nápoles, la muchachada se iba hasta donde estaban los convoyes de los soldados esta-dounidenses para obtener comida.
Cuando se encontraban aprovisionándose, lanzaron una bomba las fuerzas enemigas a unos diez o quince metros del sitio donde se encontraban; pero, el artefacto no estalló al caer en un lodazal.
Piero confiesa que nació en el Hospital Central Antonio María Pineda, porque a ese centro acudían las parturientas de todo el estado.
-Estudié primaria en la escuela pública Roberto Montesinos, a dos cuadras y media de mi casa. Los tres primeros años del bachillerato los hice en un colegio católico, Nuestra Señora de la Concordia, ya que no daban más de eso y el cuarto y el quinto en el liceo Eduardo Blanco.
Refiere Piero que tuvo dificultades en la escuela porque en su residencia se hablaba italiano y aunque ha pasado el tiempo en algunas ocasiones se enreda con algunas palabras.
-¿Qué jugaba cuando muchacho?
-Chapita, béisbol, fútbol. Mi equipo favorito ha sido el Deportivo Lara y me gustó el Táchira porque se ha destacado en la Copa Libertadores. Y, por supuesto, el Juventus, de Italia. Claro está, me interesa la competencia del Real Madrid y el Barsa.
-¿Cocina?
-Aprendí a hacer salsa y sé hacer todo tipo de pasta. Los domingos en mi casa eran especiales. A las 6 de la mañana comenzaba el ruido de ollas y después era el ritual del almuerzo. Tambien aprendí a hacer vino porque teníamos un parral y cuando fui a Italia, el que tomé tenía el mismo sabor del que hacíamos en El Tocuyo.
-¿Cuántas veces ha ido a Italia?
-Cuatro. A los seis años, luego siendo adolescente, en el 2006 cuando mi mamá, que sufría una enfermedad crónica, fue sometida a tratamiento y murió; y en el 2010 cuando falleció mi tía María. También ese año murió un tío.
Yo era muy tímido, confiesa. En el cuarto año me tocó asumir el liderazgo estudiantil como delegado de curso y en el quinto aspiré ser presidente del Centro Estudiantil, pero perdí.
Quería estudiar astronomía; sin embargo, comencé a cursar Administración y, después de dos semestres, no me gustó. Entonces, al ser abierta la Escuela de Ciencias Políticas de la UCLA, en Cabudare, en 1990, fui de los primeros inscritos y formé parte de la primera promoción.
Yo nunca quise salir de Lara, tal vez por mamitis, y por eso preferí estudiar aquí.
La política social
Considera Piero Trepiccione que la política social, y la política en general, debe tender a mejorar las condiciones de vida de la población vulnerable, económicamente hablando.
Estas poblaciones deben salir de su debilidad circunstancial y puedan caminar solas.
Cuando se concentra la política social en asistencialismo y éste en clientelismo político, dándole carácter de permanencia, no es una visión acertada.
Cuando se aborda el tema político relacionado con la campaña electoral, observa que el país ha vivido una experiencia jamás vista como es de haber celebrado unas elecciones presidenciales, otras regionales y ahora unas nuevas presidenciales, además de que están previstas las municipales para este mismo año.
En cuanto a la candidatura de Nicolás Maduro, señala que los liderazgos no se endosan.
Es posible que utilice la imagen del desaparecido Presidente Chávez, tal como se vio con un candidato a la gobernación del Zulia, cuyos afiches contenían el 90 por ciento de la imagen de Chávez y apenas el 10 por ciento del espacio se refería a la postulación.
La abstención también es un factor que debe considerarse en esta contienda, ya que los contendores tendrán que buscar la forma de obtener respaldos. Henrique Capriles Radonski debe buscar el modo de que más de 6 millones de personas que lo apoyaron el 7 de octubre vuelvan a hacerlo. Por supuesto, su contendor tendrá todo el peso del Estado, pero deberá ser él y no el reflejo del fallecido.
Cómo una cooperativa exitosa fracasó
Piero Trepiccione confiesa que ha venido trabajando en el Grupo Gumilla desde hace varios años.
En torno a la política asistencial del Gobierno señala que hay una experiencia muy lamentable ocurrida con una cooperativa en Morán.
Esa organización fue producto de un gran esfuerzo de algunos sacerdotes jesuitas que se internaron, a partir del año 1977, en la zona alta de ese municipio y promovieron, entre más de 600 familias productoras de café, una cooperativa llamada Copalar.
Esa cooperativa que fue el resultado de pequeñas cooperativas de varios caseríos, en el curso de treinta años, logró exportar café con la marca Altavista a España, Alemania y Holanda, en los años 2003, 2004 y 2005.
Pero, luego reciben un crédito mil millonario por parte de un organismo del Estado y ese aporte, que había sido un premio, distorsionó, lamentablemente, la función de la organización y se convirtió en un mecanismo para la corrupción.
La cooperativa que se había venido capitalizando, que tenía su propio galpón en Barquisimeto y había instalado una torrefactora, en esta ciudad, además de sembrar el café, lo procesaban, empacaban y vendían, se fue al fondo en una gestión de apenas tres años.
Hoy día los fundadores de la cooperativa, conjuntamente con una generación media, de relevo, está haciendo un gran esfuerzo para solventar el problema.
Importante es destacar que han cancelado el 95 por ciento, pues, en un país acostumbrado a no pagar los compromisos adquiridos, demuestra el sentido de honradez y responsabilidad.
Twitter-Foro
El politólogo larense Piero Trepiccione contestó a las preguntas que nuestros usuarios enviaron a través de la red social Twitter.
¿Qué elementos nuevos podemos encontrar en esta campaña electoral, tan corta, y a qué recursos van a apelar los candidatos?
R: Nicolás va a apelar a la continuidad, a un guión, a un mito, a aprovechar un sentimiento y una conexión lograda por Chávez apoyado por elementos propagandísticos. El venezolano es muy solidario con la víctima, con el débil.
Capriles, un cambio drástico en la estrategia discursiva, una concentración en tratar de promover una mayor agresividad discursiva para ocupar espacios en la agenda pública y va a tratar de promover cajas de resonancia y así lograr un equilibrio con la hegemonía comunicacional del gobierno
¿Cómo cree que es la formación de Maduro para asumir una eventual presidencia, cree que él tenga liderazgo?
R: Después de pasada la elección el Presidente debe dedicarse al tema económico y no será fácil si no se tiene el liderazgo y la capacidad para explicarle a los venezolanos la aplicación de medidas irracionales que están en contraste con lo que se nos ha vendido. Eso puede crear disonancia entre lo que ha dicho y lo que aplicará.