Esta semana el régimen aprobó en 1era discusión un nuevo proyecto de ley que busca controlar, perseguir y criminalizar a las organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan en el país. Esta medida no es más que un nuevo ataque contra la sociedad civil venezolana. No les basta con haber acabado con la institucionalidad del Estado, arrebatarnos la democracia, inhabilitar partidos políticos, cerrar medios de comunicación y causar una emergencia humanitaria compleja, ahora arremeten contra los pocos espacios plurales y democráticos que aun tenemos los venezolanos.
Las ONG desarrollan una función social, sus proyectos fomentan cambios positivos en familias, comunidades y en la sociedad. En el caso de Venezuela, desempeñan la labor de construir ciudadanía y ayudar a los millones de venezolanos que nos hemos visto afectados por la emergencia humanitaria compleja, por las políticas del régimen que solo han traído desigualdad y miseria. La pobreza, la violación de Derechos Humanos, la desigualdad, la falta de oportunidades y las carencias educativas son algunas de las problemáticas que atienden estas organizaciones. La solidaridad y la cooperación son sus estandartes.
Atacar a las ONG no es solo una muestra autoritaria de intimidación y persecución, también atenta contra los beneficiarios de su labor, a quienes sin duda alguna el régimen ve como enemigos. Esta acción es terrorismo emocional para las víctimas de violaciones de Derechos Humanos que son respaldados por las ONG, ya que significa volver a estar expuestos a todo el miedo de la persecución por parte del Estado. Para quienes apenas logran sobrevivir con la ayuda de estas instituciones, representa un golpe severo. Un régimen que nos empobreció a todos y no se preocupa por el pueblo, busca criminalizar a quienes trabajan para brindar soluciones.
El régimen tiene más de una década escondiendo las cifras del sector público, pese a que la Constitución los obliga a declarar periódicamente, pero aun así son tan cara dura que pretenden controlar y silenciar todo aquello que les incomode, todo aquello que pueda ser beneficioso para los venezolanos.
Venezuela, al igual que cualquier otra nación del mundo, necesita ONG activas y con compromiso social que ayuden a los ciudadanos más vulnerables. Un ataque contra ellas es un ataque contra todos los venezolanos, contra la sociedad civil. Sin importar las amenazas y los atropellos, no vamos a dejar de trabajar por Venezuela y seguiremos ocupando todos los espacios posibles para reconstruir al país, para enmendar el tejido social, exigir la garantía de nuestros derechos y hacer ciudadanía.
Stalin González