El actor inglés – padre de tres niños, fruto de la relación con su exesposa Sadie Frost, y de una niña, fruto de su breve relación con Samantha Burke – no soporta tener las uñas descuidadas, así que se somete de forma habitual a tratamientos de manicura.
«Me obsesiona llevar las uñas bien cortadas. Me he hecho la manicura varias veces. En realidad, me he vuelto un poco obsesivo con mis uñas. Cuando interpreté a un marinero en la obra ‘Anna Christie’, tuve que ponerme maquillaje negro bajo las uñas y no pude quitármelo por completo hasta dos meses después… Fue una pesadilla. Me enorgullece poder decir que mis hijos vienen a mí – no a su madre – cuando tienen que cortarse las uñas», declaró el actor a Glamour.
Aunque Jude se preocupa por su aspecto, no le agrada cuando otros hombres demuestran que han invertido demasiado tiempo en estar guapos.
«Los hombres no deberían acicalarse demasiado. Me encanta el ritual de ponerse guapo para un evento, pero es fácil adivinar cuándo un tipo ha pasado demasiado tiempo delante del espejo. Barbas demasiado recortadas, peinados demasiado elaborados, pasarte horas perfeccionando tu aspecto para luego fingir que no te ha costado nada… ¡Por favor! Yo me limito a ducharme, aplicarme loción para después del afeitado y, hasta hace poco, recortarme la barba, que he tenido que llevar durante casi un año debido a mi participación en ‘Anna Karenina'», declaró la estrella