El salario mínimo se comenzó a aplicar en Venezuela en 1975, durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, pero el régimen de Hugo Chávez-Nicolás Maduro, que se ha prolongado por casi un cuarto de siglo, no sólo lo convirtió, para utilizar una palabra del galáctico, en polvo cósmico, sino que le ha arrebatado todas los beneficios y prestaciones sociales alcanzadas por los trabajadores desde hace más de cien años.
Así lo declaró a El Impulso, José González, secretario general de la Federación de directivos de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, quien dijo que hoy la masa laboral del país está viviendo su peor situación de toda la historia.
A través de las contrataciones colectivas, que comenzaron con la industria petrolera, a comienzos del siglo pasado, los trabajadores fueron obteniendo beneficios no sólo para ellos, sino para sus familiares.
Fue así cómo los salarios se fueron incrementando mediante las contrataciones, porque Venezuela, progresivamente, se convirtió en un país próspero.
Todo este proceso se fue desarrollando con toda normalidad hasta que asumió el poder Chávez, quien le dio un vuelco aparatoso a la economía y deterioró el salario mínimo, el cual jamás ha podido recuperarse.
En ese aspecto, al comenzar con las expropiaciones de fincas agrícolas en plena producción y de apropiarse de empresas de toda clase, sólo con el propósito de imponer un modelo político que ya había fracasado en el mundo, no sólo hizo huir los capitales y las inversiones, sino que afectó a la masa laboral porque comenzó a hacer tabla rasa con los salarios y éstos ya no alcanzaron para nada.
Si a los empresarios los vió como explotadores y enemigos de su gobierno, a las organizaciones sindicales que habían sido combativas desde su inicio a comienzos del siglo 20, se empeñó en aniquilarlas y formar agrupaciones supuestamente paralelas que obedecían a sus caprichos y no a las necesidades de los trabajadores.
La tragedia para los trabajadores y sus familiares se agiganta con la primera reconversión de la historia monetaria del país, en 2008, cuando le quitó tres ceros a la moneda y, engañosamente, bautiza al bolívar como fuerte, le redujo considerablemente el ingreso a los venezolanos.
Era un engaño llamar bolívar fuerte al signo monetario al que le había quitado valor, despojándose de tres ceros, prosiguió González. Las contrataciones colectivas perdieron su esencia. Porque si existía el pago del seguro HCM por un millón de bolívares, evidentemente, al quitarle los tres ceros quedaba en un mil bolívares. El salario mínimo para ese año quedó en 799,23 bolívares.
El presunto dirigente sindical que se ha venido llamando el presidente obrero, en el 2018, decidió no quitarle tres ceros al bolívar, sino cinco ceros a la moneda y el salario mínimo quedó en 1.800 bolívares, bautizados como soberanos.
No conforme con la segunda reconversión, en el 2021, hace la tercera y deja el salario mínimo, que estaba en 7 millones en apenas 7 bolívares mensuales. Fue lo que se llamó el bolívar digital.
El Estado como tal tiene sus funciones y no asume las competencias que no le corresponde, porque fracasa, como ha quedado demostrado en Venezuela, donde ya la crisis económica ha sido tan gigantesca que ha obligado a más de siete millones de personas, en su gran mayoría profesionales, buscar oportunidades en otras latitudes.
Es por ello que la tripartita tiene que funcionar como el mecanismo para llevar a cabo las discusiones, que realmente impulsen los factores económicos y los trabajadores puedan obtener salarios justos.
Los empresarios tienen la responsabilidad de generar producción y fuentes de empleo, los trabajadores para poner la mano de obra y el Estado tiene que lograr la convivencia de los dos factores mencionados. Así está establecido en el convenio 144 de la Organización Internacional del Trabajo.
El régimen comenzó satanizando y desconociendo el tripartidismo, pero ahorita está reconociendo que de la OIT forma parte Venezuela. Y próximamente vendrá una comisión de esa organización, la misma que se fue en noviembre, para presentar el informe sobre los ingresos de los venezolanos.
