“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” Mat.2:1-3
Como podemos notar La Biblia no dice que sean reyes y menos “Reyes Magos”. Solo dice “vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,” La palabra magos que aparece en la Biblia y nos conecta con este hecho histórico viene del griego mágoi. Expresión empleada para designar a las diversas clases cultas en aquellos tiempos. “No eran magos como hoy se entiende. Eran de alta alcurnia, educados, ricos e influyentes. Eran los filósofos, los consejeros del reino, instruidos en toda la sabiduría del antiguo Cercano Oriente. Los «magos» que vinieron a buscar al niño Jesús no eran idólatras, y se caracterizaban por ser personas rectas e íntegras” Libro El Deseado de Todas las Gentes. Helen White ¿Cómo les parece?
¿Cuál es la razón por la cual es interesante saber esto y otros detalles históricos más? No es con el objeto de enfrentar las tradiciones sino más bien, por cuanto nos ubican en el verdadero conocimiento y la sabiduría que nos ayuda a adorar en “espíritu y en verdad”. Es admirable entonces como su condición intelectual les motivaba a estudiar con diligencia y ávida curiosidad el evento anunciado en las Escrituras. Asunto, que los líderes religiosos judíos no hicieron sino torpedeaban y combatían. Profundizaron en los rollos antiguos de las escrituras hebreas, sobre todo creyeron y actuaron en función a dicho nacimiento del Mesías. Es así como decidieron hacer un viaje de aproximadamente 1000 km para rendir culto, adoración al niño Dios. Estos admirables hombres nunca dudaron de lo que decían las Escrituras y cuando llegaron a Belén donde nacería el Mesías, preguntaron con decisión y seguridad. “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” Mat.2:2.
Por su parte los dirigentes religiosos no quisieron ver lo que estaba pasando frente a sus ojos. La soberbia, la autosuficiencia, su orgullo, que perdura hasta hoy. La “sabiduría” de los grandes líderes no les dejó ver la realidad que sí vieron estos hombres que hoy llaman erróneamente “reyes magos”. ”Ellos estudiaban los cielos tachonados de estrellas, y trataban de escudriñar el oculto misterio de sus brillantes derroteros, contemplaban la gloria del Creador. Y buscando un conocimiento más claro se dirigieron a las Escrituras hebreas.”.Ob. Cit.
Hoy, lamentablemente sucede algo parecido de lo cual debemos cuidarnos. Grandes personajes, líderes eclesiásticos de las religiones cristianas, a pesar de sus estudios teológicos y su intelectualidad. A pesar del desarrollo imparable de la ciencia que a medida que avanza el tiempo avanzan también los grandes descubrimientos de la Arqueología y de los medios informativos, siguen perdidos y ensimismados. Tienen delante de sí la luz completa que se manifiesta en el engranaje perfecto del Antiguo y el Nuevo Testamento que anuncia la Segunda venida de nuestro Dios pero no la quieren ver. Y están plenamente identificados en esta triste pero seria advertencia que Dios les hace: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento. Porque tú has rechazado el conocimiento, yo te rechazaré de mi sacerdocio; porque has olvidado la instrucción de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos” Oseas 4:6. Realmente es para meditarlo.
Hasta el próximo artículo Dios mediante.
William Amaro Gutiérrez