Un año para el cambio y para la esperanza. Comienza un año nuevo en medio de grandes dificultades. En las manos de cada uno de nosotros está convertirlo en un tiempo de cambio y de cosas buenas.
Tiempo para orar y para trabajar por valores fundamentales: la paz en el mundo, particularmente el cese de la guerra en Ucrania y en todos los rincones del planeta en donde todavía prevalece la violencia.
Un año para luchar y para orar por la justicia. Por la erradicación de la pobreza y de la miseria. Erradicar el hambre y la enfermedad. Garantizar progreso y bienestar para todos. Un año para orar y para luchar por la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos en Venezuela y en todo el planeta. Rezar y luchar para que no haya presos políticos, ni torturas, ni violaciones de los derechos de los ciudadanos. Un año para la convivencia pacífica y fructífera.
Un año para promover la educación, la ciencia, la tecnología, la cultura, el acceso de todos los seres humanos al conocimiento y a la informática. El progreso material y moral de la humanidad.
Un año para manifestar nuestra solidaridad con los migrantes. Con tanta gente que en los más distintos piases y por las más diferentes causas han tenido que abandonar sus hogares y sus países en búsqueda de mejores horizontes. Solidaridad con tantas familias venezolanas que se han sentido obligadas a la aventura de migrar a otros países acosados por el miedo, el hambre, el desempleo y la falta de horizontes.
Un año que ojalá sea bueno para acabar con todas las pandemias, el covid, para asegurar atención médica y servicios de salud para todos los enfermos.
Pensando en Venezuela que bueno sería que aprovecháramos el año que recién comienza para construir una alternativa democrática seria y confiable que pueda sustituir de una manera pacífica, democrática, constitucional y electoral al gobierno que estamos padeciendo desde hace más de dos décadas.
Un año para que prevalezca el amor por encima del odio. La unión por encima de la división. El progreso por encima del retroceso. La solidaridad por encima del egoísmo. Un año para el cambio y la esperanza.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
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