#OPINIÓN Los Diarios de la Zía Nona: Soñar no mata, pero siempre enseña (Parte VIII) #13Dic

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Al muerto vivo… 

Somos

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 …lo que hacemos“

“La destructividad… 

…es el resultado de la vida no vivida”

“La incertidumbre es la única condición 

…que incita al ser humano a revelar sus poderes”

 “Morir se tiñe de una amargura conmovedora… 

…pero la idea de tener que morir sin haber vivido es insoportable”

Erich Fromm

El Perdón, es la fragancia de la flor que deja el talón que la pisa”

Mark Twain

  • La hora del Trance

A esta hora estoy como muerto. El sueño y el cansancio evitan que siga en el brete. Mientras tanto el recuerdo me persigue hasta la almohada y se acuesta conmigo vivito y coleando. Allí en el momento en el que dejo de existir dentro de mí, es cuando la memoria hace su sortilegio y repone retales de tela que alguna vez fueron cocidos con nuestros actos. 

Poco me preocupa el ciclo del sueño. Hoy duermo a la hora que sea y el tiempo que pueda y no sé por qué últimamente en ningún caso sobrepasa las seis horas. Pero recuerdo a buen recado lo que sueño cuando estoy profundo en mí, lo que paradójicamente me permite encontrar mi retiro, uno que solo a veces reconozco cuando en pleno trance nos vemos cara a cara. Cuando eso sucede despierto con una retentiva que parece haberse impregnado en el juicio con tinta indeleble. 

Parece que estando de muchacho me puse de asomado a leer unos libros de filosofía que ni los propios filósofos entendían a cabalidad. Eso preocupó mucho a la Sgto. Saunders y paré en la Clínica el Ávila en el consultorio de un psiquiatra para casos juveniles en apuro. Daba risa pensar que meterse un puñal de filosofía podría desangrar el alma o enloquecer al temerario. El gurú de la zona asegura que sí. Vaya usted a saber con los gurús. 

Pues de pronto recordé la consulta con el Dr., un señor muy serio que abrió la puerta de su despacho y me encontró sentado con lentes oscuros. Mamá que esperaba afuera nunca supo lo de los espejuelos. Si lo hubiese sabido, no quiero imaginarlo. Mamá era severa pero jamás cruel y su voz hacía temblar al más pintado. En esas, el facultativo me miro sin hacer gesto alguno y se sentó frontal a mí y sin esperarlo se puso lentes oscuros. Ese día, ambos hicimos lo correcto, ocultar la mirada delatora. En realidad me ocultaba de su inspección de mi estado de salud mental. Solo era un joven adelantado a mi época si se me permite ir a la delantera en lo que el doctor auscultaba. Pero al fin empezó el tira-encoge con un sujeto tan creído en sí mismo que bien podía hacerme al mismo tiempo daño y provecho.

Salí pensando que algo en ese instante hizo dimensionar las cosas. Mamá me había dado las llaves para ir al pasaje de la existencia con la más importante de las herramientas a las que un mozo puede echar mano: juicio. Tal vez la pericia más primitiva del ser humano. Allí inició esa extraña tarea del que escribe. La tarea de recordar la vida a través del sueño. Muchos expertos convienen como la base fundamental de la literatura, y la novela moderna. 

  • La academia al pie de la letra o al pie del potrero

Amanecí ocupado en el mensaje. Fui corriendo a buscar un block Caribe para anotar la quimera. Logré un block de cartas de amor con diseños cándidos al inicio. Me incomodó debido a la sensación emocional del que se inaugurará en el oficio de los que no saben en lo que se meten. Escribir es una tarea para eremita, para seres cuasi autistas. En pocas palabras, un ermitaño no malsano, por lo general, pero no siempre. A veces hay excepción de la regla. 

Me propuse encontrar alguna definición, algún pasaje, algo que diera la paz de una explicación satisfactoria. Fue así que encontré la enunciación más lindante de lo que es ser un escritor. Baje en PDF el pequeño librito de Omán Pamuk: “La Maleta de mi padre. Leí… Escribir es convertir esa mirada hacía dentro en palabras, estudiar el mundo por el que pasa una persona cuando se retira en sí misma y hacer eso con paciencia, obstinación y alegría. Mientras me siento a mi mesa, por días, meses, años, añadiendo lentamente nuevas palabras a la página vacía, siento como si estuviera creando un nuevo mundo, como si estuviera trayendo a la vida a esa otra persona dentro de mí, en la misma forma que alguien podría construir un puente o un domo, piedra por piedra. Las piedras que los escritores usamos son palabras. Mientras las sujetamos en nuestras manos, sintiendo las formas en las que cada una de ellas está conectada a las otras, mirándolas a veces desde lejos, a veces casi acariciándolas con nuestros dedos y la punta de nuestros lapiceros, apreciándolas, moviéndolas, años vienen y años van, con paciencia y esperanza creamos nuevos mundos. El secreto de un escritor no es la inspiración (pues no se sabe con claridad la procedencia de ésta) es su terquedad, su paciencia. Ese adorable aforismo turco “cavar un pozo con una aguja” parece haber sido dicho teniendo a los escritores en mente. Al leer la definición me imprimé. El mundo atmosférico de mi mente se despejó. Perder daba lo mismo que ganar. Por el axioma verbal que reza… “ganando se va perdiendo y perdiendo se va ganando”… Desperté como al otro lado del espejo. Nada guardaba sentido. El tiempo se había detenido en el consultorio y el doctor jugaba con los espejuelos oscuros. Desperté sobre la almohada sudada. Todo iba aclarando como la mañana que lanceaba con los rayos del alba la romanilla de la ventana. 

El psiquiatra había desaparecido del teatro y era mamá quien me despertaba con esa sonrisa elegante que iluminaba el domo de mi devoción. Mamá era más que una madre, era una diosa transformada en ordenadora universal por magnificencia. Carmen Teresa es y ha sido la escritora de mis frases, el alma de mis ciencias, la mejor razón para acordarse que esfumarse no es el último sueño recóndito, es la última instrucción vital antes del más allá…             

Notas del Autor

Estoy triste. Cómo no estarlo sin ti. Pero lo irreversible debe acoger la resignación y me ajusto a la situación a duras penas. Te extraño cada día más y cada día que pasa es otro que aprendo cuanta falta hacen los padres cuando se van. No te preocupes por mí. Yo estoy bien. Me dejaste con lo necesario. Tu amor que llena tanto y tu juicio que tanto me cuesta. Bendición amore mío y recuerda dejar dormir al jefe no vaya a ser que limpie la fiesta y el bolsillo pues la devaluación ya llegó al paraíso…ni dios puede comprar en el cielo porque los precios están por las nubes.. Feliz navidad y feliz cumpleaños mamita… con amor total.  Mistifu.

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