La noche del viernes los residentes del sector 3 de la Ruezga Norte vivieron horas de terror al registrarse una balacera que dejó como saldo dos personas muertas y otras tres heridas, entre ellas una niña que ayer se encontraba en condiciones de gravedad.
El tiroteo ocurrió cerca de las diez en la vereda 36 y una de las víctimas mortales pasaba accidentalmente por el lugar y fue alcanzada por uno de los proyectiles.
Las personas fallecidas quedaron identificadas como Johan Antonio Materano Jiménez, de 19 años, y Aaron Darío Barragán Dudamel, de 18, ambos domiciliados en el sector tres, mientras que los lesionados son Ederves Natacha Márquez, de 39, Marlon Deives Lucena, de 18 y una niña.
Materano recibió un balazo en la frente y Barragán en la región epigástrica, mientras que Natacha tiene una herida en el pómulo izquierdo y Lucena en el muslo derecho, sin salida.
Janeth Jiménez, progenitora del primero, dijo que su hijo estudiaba Ingeniería Electrónica en la universidad Yacambú y trabajaba en una venta de pinturas.
Según le explicaron, el joven se dirigía a su casa y cuando pasaba por la vereda se formó el tiroteo y un proyectil le impactó.
“Cuando me avisaron corrí hasta donde estaba y pude abrazarlo, aunque lo único que le escuchaba eran quejidos por la herida que presentaba.”, dijo.
Lo llevaron al Hospital Central Antonio María Pineda pero falleció a las cinco de la mañana, mientras el otro joven ingresó sin signos vitales.
“El era un muchacho muy bueno que deseaba superarse y por eso, además de trabajar, había ingresado a la universidad. Tenía muchas ilusiones”, expresó.
El joven deja huérfana una niña de cinco meses.
Con respecto al suceso, funcionarios del Cicpc iniciaron las investigaciones para tratar de identificar a los autores de los disparos que, se presume, conforman algunas de las pandillas que operan en la Ruezga Norte.
No se descarta que lo ocurrido fue producto de la rivalidad entre dos grupos que trataron de dirimir enfrentándose a tiros.
Se desconoce si Barragán formaba parte de uno de esos grupos o si, como ocurrió con Materano Jiménez, quedó en medio de la balacera cuando casualmente pasaba por el lugar.
Según algunos vecinos, caminar de noche por algunas veredas de la urbanización constituye todo un riesgo por la presencia de antisociales que, amparados en la oscuridad reinante, atracan a todo aquel que se atreva a cruzarse en sus caminos.
Extraoficialmente se conoció que ya están identificados algunos de ellos y se espera su captura para las próximas horas.
Fotos: Ricardo Marapacuto