Estudio internacional liderado por Panamá propone enfoque regional para abordar salud sexual y reproductiva en migrantes #30Nov

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Por Violeta Villar / www.webdelasalud.com

Atender las necesidades de salud sexual y reproductiva de los migrantes que transitan a pie por la selva del Darién, en ruta hacia América del Norte, a partir de un enfoque regional, son parte de las recomendaciones de un estudio colaborativo internacional, liderado por Panamá.

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Salud y acceso sexual y reproductivo: resultados de un diagnóstico epidemiológico rápido en población migrante en tránsito por Darién, Panamá, acaba de ser publicado en Frontiers.

Es su autora correspondiente la Dra. Amanda Gabster, por el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES) y el Centro de Ciencias de la Población para la Equidad en Salud de la Facultad de Enfermería de la Universidad Estatal de Florida (Tallahassee, FL, EE.UU). Es miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de Panamá de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt).

Por Panamá también participa el Dr. Juan Miguel Pascale, director del Instituto Gorgas y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (UP).

  • Joanne Sánchez, por el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social de Panamá; Anyi Yu, Mónica Jhangimal,  Winroy Ng, Adelys Reina y  Fátima Rodríguez-Álvarez por el ICGESGrace Vistica, por el ICGES y la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans, LA, Estados Unidos
  • Yudith Peña, Joselid Quintana, Roberto Herrera, Gonzalo Cabezas Talavero y Jennifer Katz por la Red de Desarrollo Comunitario de las Américas, Ciudad de Panamá, Panamá.
  • Eugenia Millender, por el Centro de Ciencias de la Población para la Equidad en Salud, Facultad de Enfermería, Universidad Estatal de Florida.
  • Jennifer Toller Erausquin, por el Departamento de Educación en Salud Pública, Escuela de Salud y Ciencias Humanas, Universidad de Carolina del Norte Greensboro, Greensboro, NC, Estados Unidos y el Centro de Ciencias de la Población para la Equidad en Salud, Facultad de Enfermería, Universidad Estatal de Florida.
  • Candy Nakad, por el Instituto de Medicina Tropical, Laboratorio de Protozoarios de Biología Molecular, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela. 
  • Justo Pinzón Espinosa, por el Centro de Ciencias de la Población para la Equidad en Salud, Facultad de Enfermería, Universidad Estatal de Florida; por el  Grupo de Salud Mental de Sant Pau, Institut d’Investigació Biomèdica Sant Pau (IBB-San Pau), Hospital de la San Creu i Sant Pau, Universisat Autònoma de Barcelona, ​​Barcelona, ​​España; por el  Departamento de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad de Barcelona; por Institut d’Investigació i Innovació Parc Tauli (I3PT), Sabadell, España y el Departamento de Psiquiatría Clínica, Facultad de MedicinaUniversidad de Panamá.

https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/frph.2022.953979/full?&utm_source=Email_to_authors_&utm_medium=Email&utm_content=T1_11.5e1_author&utm_campaign=Email_publication&field=&journalName=Frontiers_in_Reproductive_Health&id=953979

Un tránsito en aumento

El estudio documenta que el tránsito peatonal de migrantes procedentes del Caribe, Sudamérica, Asia y África Subsahariana, a través de la Selva del Darién, situada en el este de Panamá y en camino hacia América del Norte, ha reportado un notable incremento.

De 30,000 personas que cada año cubrían esta ruta a pie para llegar de manera fundamental a los Estados Unidos, solo en 2021 se reportaron cerca de 133,000 migrantes en esta condición, de acuerdo con los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (ONU Migración) y el Servicio Nacional de Migración de Panamá. El número de personas que cruzó en 2022 superó esta cifra.

Mientras “otras partes del viaje pueden implicar viajar en avión, barco, autobús o tren, hay una brecha de 106 km en la Carretera Panamericana cerca de la frontera entre Colombia y Panamá. En este punto, los pueblos migrantes deben cruzar a pie a través de la Selva del Darién (SD, a veces llamado Tapón del Darién), una densa selva neotropical sin caminos. El viaje es peligroso y físicamente exigente; según la ruta tomada, los alimentos y otros suministros que se lleven, y la edad y las habilidades de los que viajan, la caminata a menudo toma de 3 a 14 días para salir del SD en Panamá”, documentan los autores.

“En Panamá, las personas migrantes que emergen del SD son recibidas por la Policía Nacional de Fronteras (Senafront) y conducidas a las Estaciones de Recepción de Migrantes (ERM)» para mantener un control de este flujo migratorio.

Sin embargo, hasta la fecha, era poco lo que se sabía sobre el estado actual de salud sexual y reproductiva de los pueblos migrantes en esta zona, de allí el interés de la comunidad científica global, liderada por Panamá, de “describir la salud sexual y reproductiva de los pueblos migrantes en tránsito e identificar objetivos para futuras intervenciones”.

Perfil de la población migrante en tránsito por el Darién

Antiguo puesto de atención en salud en el albergue temporal de Viejo Veranillo en ciudad de Panamá | Foto Archivo

El estudio se realizó en una Estación de Recepción de Migrantes (MRS) en la provincia de Darién, al este de Panamá. 

El protocolo de estudio recibió la aprobación ética del Comité de Bioética de la Investigación del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (260/CBI/ICGES/21).

Los investigadores emplearon métodos epidemiológicos rápidos para describir la situación de SS y SR entre los pueblos migrantes en tránsito por el DF.

El estudio aportó datos de interés para entender las características de la población en tránsito:

-La mediana de edad fue de 31 años para los hombres y de 30 años para las mujeres. 

-El nivel educativo mostró variaciones según el género, con la mayoría de las mujeres sin educación formal (52,8 %; 38/53), mientras que la mayoría de los hombres habían asistido a los grados 1 a 6 de la escuela primaria (51,5 %; 35/68). 

-Casi un tercio de los hombres (29,4 %; 20/68), pero solo el 13,2 % (7/53) de las mujeres informaron tener educación postsecundaria. 

-La mayoría de los hombres eran solteros, divorciados, viudos o separados (61,9%) y el 38,1% estaban casados/cohabitantes; esta tendencia fue inversa para las mujeres (30,0% solteras y 70,0% casadas/convivientes). 

-En cuanto a la seguridad de la vivienda, proporciones similares de hombres (36,4%; 24/66) y mujeres (42,6%; 23/54) informaron que no tenían un lugar seguro para dormir en el último mes. 

-Las principales razones para viajar incluyeron guerra o conflicto (33,3% entre hombres; 16,4% entre mujeres) y otra violencia (16,7% entre hombres y 20. 0% entre las mujeres). Las mujeres también mencionaron con frecuencia el trabajo (30,9% entre las mujeres) como motivo para viajar.

Comportamiento sexual reciente

Entre los principales hallazgos al evaluar Comportamiento sexual reciente, uso de condones, síntomas y pruebas de ITS, destacan los siguientes:

-Un total de 26,1% (18/69) hombres y 36,4% (20/55) mujeres informaron haber tenido relaciones sexuales en el último mes. 

-Entre los hombres, el 50,0% (9/18) informó tener una pareja sexual y el 44,4% (8/18) 3 parejas sexuales; entre las mujeres, 90,0% (18/20) reportó una pareja sexual y 10,0% (2/20) 3 parejas sexuales. 

-Se informó que la última pareja sexual fue casual (un extraño, un amigo o compañero de viaje, una persona de autoridad, una trabajadora sexual u otra persona que no sea una pareja sexual regular o esposo/esposa) entre el 43,0% (21/49) de hombres y el 27,8% (10/36) de las mujeres y formal (pareja sexual habitual o marido/mujer) entre el 57,1% (28/49) de los hombres y el 72,2% (26/36) de las mujeres.

-El 42,9% (9/21) de los hombres y el 80,0% (8/10) de las mujeres informaron no usar condón con su última pareja ocasional. Un total de 32,7% (18/55) de hombres y 18.

-El 58,8 % (30/51) de las mujeres y el 5,7 % (4/70) de los hombres informaron un síntoma actual de infección del tracto reproductivo. 

-Entre las mujeres examinadas, el flujo vaginal fue el síntoma más común (40,0 %; 12/30). De las que informaron flujo vaginal, el 25,0 % dio positivo para esterasa leucocitaria en la orina; el 36,4% fueron positivos para los criterios de Amsel y el 45,4 % tenía hifas/pseudohifas evocadoras de C. albicans tras la evaluación con KOH mediante microscopía. 

-Las pruebas de laboratorio revelaron que de 78 hombres, el VIH y la sífilis se encontraron en el 1,3 % y el 2,6 % respectivamente. 

-Entre 63 mujeres analizadas, el 3,2 % dieron positivo para el VIH y el 3,2 % fueron positivos para sífilis. 

-Todas las muestras VIH positivas se identificaron como enfermedad avanzada por VIH.

El estudio también evaluó  agresión sexual y seguridad percibida, lo cual arrojó que el 40,4 % de los hombres y el 44,4 % de las mujeres se sentían algo o completamente inseguros antes de dejar su último país de residencia.  El 40,4%  de los hombres y el 54,8% de mujeres se sintieron inseguras frente a agresiones sexuales mientras viajaban por la SD. Sin embargo, ninguno reportó agresión sexual durante la migración o durante su estadía en Panamá.

En relación con el embarazo, 20,0% de mujeres dieron positivo para embarazo; dos mujeres no sabían de su embarazo antes de la prueba. 

Entre las mujeres, el 39,2%  usaba anticonceptivos en el momento del estudio.

Indicadores que llaman a la educación y la prevención

Los autores reflejan que la investigación “mostró una alta actividad sexual reciente, un bajo uso de condones con parejas ocasionales y la necesidad de un mayor acceso a las pruebas y el tratamiento del VIH y la sífilis. Además, encontramos una alta prevalencia de síntomas del tracto reproductivo, particularmente entre las mujeres”.

En conjunto, los hallazgos concluyen acerca de “la necesidad de aumentar las pruebas, la provisión de condones y el acceso a la atención médica de SS y SR en las Estaciones de Recepción de Migrantes que reciben a personas migrantes en tránsito en Panamá”.

“Para atender las necesidades de SSR de los pueblos migrantes altamente vulnerables que transitan por el DF en ruta hacia América del Norte, es necesario un estándar mínimo de intervenciones integradas de salud sexual y reproductiva. Además, el diseño y la prestación de servicios de SS y SR deben tener un enfoque regional, con la participación de países de América Latina y el Caribe”.

Recuerdan que el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, “afirman que la salud sexual y reproductiva y el acceso a los servicios de SSR son derechos humanos básicos”.

“Los autores sugieren que en entornos tan desafiantes y con recursos limitados, los enfoques informados sobre el trauma pueden considerarse una prioridad en lugar de intervenciones de alta intensidad que demandan recursos”, así como integrar estos servicios de SS y SR en los sistemas de servicios existentes.

De especial importancia atender la realidad de mujeres y niñas, “que en crisis humanitarias tienen necesidades distintas cuando se involucran con los servicios de SSR”.

Un indudable aporte que desde la ciencia, la salud y los derechos humanos, promueve intervenciones que colocan al ser humano en el centro de la preocupación de este hacer de la investigación con impacto y voluntad social.

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