«Yo tengo la suerte que con mi trabajo vivo con mucha dignidad, pero además, tengo otra cosa que no te dan muchos trabajos: ¡Que lo hago siendo feliz!«, esta fue una de las frases más especiales que expresó David Acera, cuentacuentos de Asturias, España, quien estuvo de visita en Barquisimeto, Venezuela, participando en la edición 29 del Festival Internacional de la Oralidad.
La actividad que inició el pasado 16 de octubre y finalizó el 23 del mismo mes, contó con la participación de diversos cuenteros de distintos países del mundo, como Venezuela, Colombia, Cuba y David Acera de España, quien expresó a El Impulso que se siente orgullo de haber participado en este festival, pues considera que hubo muy buena participación profesional, y a su vez, existió una gran receptividad por parte de los espectadores barquisimetanos.
«Con la gente de aquí fue sensacional, los compañeros vinieron con un nivel muy bueno (…) también estuvimos en barrios populares y con infancia, que es el grueso de mi trabajo, hago adultos, pero sobre todo con los pequeños de la casa (…) aún no me he ido de Venezuela, y ya la echo de menos«, contó Acera.
Con respecto a las expectativas que tenía al visitar Venezuela, Acera mencionó que se siente gratamente agradecido por la amabilidad de los venezolanos, quienes siempre estuvieron atentos en cada una de las actividades y le transmitieron ese «calor familiar» que es importante para todo ser humano. «Acá la gente es muy abierta, muy amigable, y nos hacen sentir como si estuviésemos en casa«, mencionó.
Conexión en los cuentos
Como pregunta cliché, pero sumamente importante, David Acera fue cuestionado sobre la importancia que tiene para él poder conectar con el público a través de los cuentos, ante esto, aseguró que uno de los aspectos más especiales de su oficio, es que por más que existan diferencias culturales y sociales en cada uno de los países que visita, siempre hay un común denominador que termina siendo una conexión entre pueblos.
Desde su perspectiva, ser un cuentacuentos lo ayuda a poder empatizar con el otro, entender sus realidades y «ponerse en sus zapatos». Además, gracias a esto, siente que cumple con una sencilla pero magnífica misión: sembrar consciencia en las demás personas para ayudarles a cambiar su realidad. «Siento que puedo ayudar a hacer de este un mundo mejor, al menos no lo empeoro«, comentó entre risas Acera.
Incluso, entre las anécdotas que David contó al equipo periodístico de El Impulso, mencionó que el enfoque principal de su oficio está en trabajar con los niños y niñas, situación que lo ayuda a poder ser recordado por estas nuevas generaciones que están en una etapa fundamental de desarrollo, educación y crecimiento; sin embargo, recalcó con mucho interés la necesidad que hay en la sociedad actual de no desmeritar y desentenderse de las personas de la tercera edad, tomando en consideración que cada adulto mayor del mundo «es un mundo repleto de historias», el cual debemos apreciar y valorar. «Son el patrimonio que tenemos, debemos respetarlos y ponerlos en su lugar«, dijo Acera.
Un espacio para la memoria
A propósito de lo previamente expresado sobre la importancia de reconocer y darle el valor a las personas de la tercera edad, David Acera conectó este pensamiento con el nombre del Festival Internacional de la Oralidad celebrado en Barquisimeto, el cual se tituló: «Un espacio para la memoria«. Con esto, el intérprete español señaló que en todos los cuentos que se narran, es sumamente importante recordar de dónde se viene, cuáles fueron nuestros orígenes y qué significa esto para cada uno de nosotros.
Ahora, tras varias semanas de gira por distintos países del mundo ejerciendo su profesión (y pasión), David Acera regresará justamente a sus orígenes, Asturias, España, para seguir contando esos cuentos que trascienden en el tiempo y se quedan grabados en los recuerdos de muchas personas. Por esta razón, agradeció a las autoridades de Asturias por permitirle viajar para hacer lo que le gusta, pero más importante aún, agradeció a todas aquellas personas que lo ayudan para que estas rutinas sean tan valiosas como han sido.
