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La ocupación hotelera en la ciudad de San Antonio del Táchira, municipio Bolívar, disminuyó tras la reapertura de frontera, el pasado 26 de septiembre.
Yolimar López, representante del sector hotelero en la jurisdicción, estimó que antes del 26 de septiembre, la ocupación rondaba el 20%. «Ahora estamos en un 10%. Bajamos en vez de aumentar», lamentó.
López, quien ha estado por décadas en el sector, resaltó que uno de los clientes constantes eran los cientos de gandoleros que, en los últimos años, cruzaban la frontera, por las trochas, para pasar la mercancía que se llevaban hacia diversos estados del país.
«Ellos solían quedarse una o dos noches con los ayudantes que cargaban. Con la reapertura, estos conductores no se han vuelto a ver, pues son muy pocas las gandolas que pasan por los puentes», acotó.
López, en representación de los más de 25 hoteles que hay en el municipio, espera que el dinamismo comercial formal termine afianzándose con el paso masivo de gandolas por los tramos binacionales.
En la actualidad, los clientes que vienen de otras jurisdicciones son aquellos que requieren sacar el pasaporte y pagan una noche en los hoteles de la frontera. «Los retornados, que no son muchos, también suelen buscar nuestros servicios», dijo.
En torno a los viajeros que, antes de la medida de prohibición de Estados Unidos de ingresar por los caminos ilegales, solían usar la ruta del Darién, recordó que ellos iban de paso, no entraban entre los clientes potenciales para los hoteles.
«Muchos de estos viajeros van cortos de dinero y ahorran lo más que pueden», enfatizó la representante de los hoteleros en la Villa Heroica, como también se le conoce a San Antonio del Táchira.
Los fines de semana, resaltó, hay un repunte en los hoteles de la frontera, debido al propio sanantoniense «rumbero» que termina pagando habitación en los instalaciones del casco central del municipio.
En 2019, cuando hubo un aumento en los grupos de ciudadanos que arribaban a frontera para comprar alimentos al menudeo en Cúcuta, no usaban los hoteles para pasar la noche, pero sí empleaban el servicio de baño y descanso por un par de horas.
«Se aprovechó esa modalidad durante ese año y en los dos primeros meses del 2020, pero vino la pandemia y todo cambió», recalcó la empresaria de frontera.
Servicios básicos
Otro punto que preocupa a los hoteleros es el incremento en el pago de los servicios públicos, lo cual no se ajusta a las actuales condiciones de los empresarios.
López recordó que la ocupación aún sigue siendo muy baja, no ha habido repuntes y los ingresos son muy pocos para cancelar recibos de agua, por ejemplo, tan elevados.
Además, hizo hincapié en las fallas de los mismos. «El agua llega cada 15 días. Esa es otra arista que deben tomar en cuenta al momento de aumentar las tarifas de los recibos», indicó.
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